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3 de marzo de 2011

Sobrevivir a Sudán

Alejandro Díaz Triguero
El mundo de la blogesfera se retroalimenta constantemente. A veces escribimos para mostrar algo a los demás y siempre leemos para aprender. Por eso la casualidad me ha llevado a esta historia. Hace una semana aproximadamente leía en el blog de Jacobo Rivero este post sobre Sudán del Sur y un concurso de mates celebrado en Juba, la ciudad que será capital del nuevo estado africano a mediados de año. Ayer mismo mientras veía un partido de NCAA entre Temple y California me sorprendió el nombre de un jugador de los Golden Bears: Bak Bak. Era obligatorio buscar su origen. Efectivamente, es sudanés y más concretamente de Wau, en Sudán del Sur, la misma ciudad que vió nacer a Luol Deng, actual jugador de Chicago Bulls. Busqué información sobre su vida y encontré una historia digna de ser contada.

Bol Bak Deng nació en Wau un 27 de Diciembre de 1989, en plena Guerra Civil Sudanesa. Las tropas militares aplastaban a los insurrentes del sur, en su mayoría católicos, en su búsqueda por lograr mayor autonomía. Esta denominada Segunda Guerra Civil Sudanesa (que no dejaba de ser una continuación de la primera) se cobró casi dos millones de victimas, entre las que se encontraba una hermana de Bak Bak y tres de sus tíos. Su padre era General del ejército de Sudán del Sur y creyó conveniente que su esposa y sus hijos abandonaran la región por el miedo a sufrir las represiones de los musulmanes del norte. La familia de Bak emigró en primer lugar a Sudáfrica y posteriormente a Kenia. Martin, el padre del pívot de la Universidad de California, asumió la realidad: su familia no sobreviviría.

Pero la realidad era distinta. Bak y su madre sobrevivieron en Kenia. El chaval comenzó a destacar físicamente y a llamar la atención de muchos ojeadores deportivos. Uno de ellos le ofreció la primera posibilidad de salir de África rumbo a Grecia, donde podría dedicarse al baloncesto profesional. Su madre, Elisabeth, no vio con buenos ojos que un chico de 16 años fuera a Europa. Ante un chaval con sus cualidades físicas las oportunidades no tardan en repetirse. Un ojeador le ofreció la posibilidad de jugar en Mount Zion Christian Academy, el instituto ubicado en Durham, Carolina del Norte (hogar de la Universidad de Duke) y de donde surgieron talentos como McGrady o Stoudemire. La opción era tan apetecible que esta vez Elisabeth no dudó un instante y Bak hizo las maletas rumbo a uno de los estados baloncestísticos por excelencia.

Al llegar a Durham el representante en cuestión avisó a Bak que no jugaría en Mount Zion, sino que lo haría en American Heritage en Plantation, Florida. Mount Zion negó el transfer a Bak, ya que había pagado los costes del traslado desde Sudán. El chaval se quejó amargamente al hombre que le había prometido el futuro en Estados Unidos y este no tuvo otra solución que abandonar a Bak a su suerte, llevándose consigo el pasaporte y la documentación del joven jugador. Bak debía volver a Sudán para recuperar su pasaporte. Al llegar al aeropuerto fue detenido y le despojaron de las pocas posesiones que tenía: ropa, dinero y recuerdos en forma de fotografías familiares. Podía volver a Estados Unidos, previo paso por Kenia, donde una vez reunido de nuevo con su madre, siguió jugando al baloncesto. Ya en su corta etapa en Florida había oído hablar del instituto Village Christian, situado en un pequeño municipio de las afueras de Los Ángeles, Sun Valley. Cuando pudo recuperar la documentación necesaria, viajó a California.

En su primer año no pudo jugar al baloncesto, ya que formalmente se trataba de un transfer desde el instituto American Heritage. Al igual que le ocurrió a otros baloncestistas africanos, como Hasheem Thabeet, Bak fue tutelado por una familia estadounidense, con quien viviría y quienes se encargarían de su manutención. Su madre americana, Denise LaBorico, hizo todo lo posible para que mantuviera el contacto con su madre mediante llamadas telefónicas tres veces por semana. Pero probablemente el momento más importante en la vida de Bak tuvo lugar el día en que un hombre de 2'20 se le acercó. El chaval preguntó quién era ese gigante que le habían dicho que quería conocerle: "es tu padre", le dijeron. Michael había oído que su hijo estaba triunfando jugando al baloncesto y quiso conocerle. Ahora hablan una vez al mes por teléfono.

El baloncesto supuso una salida para Bak Bak en su vida. Tras su brillante etapa en el instituto californiano de Village Christian llegaron las ofertas académicas: Gonzaga, Louisville, Pittsburgh y California, la elección definitiva de Bak. La Universidad donde nació el movimiento Hippy ubicada en Berkeley exige requisitos académicos casi del nivel de Ivy League (la conferencia de las Universidades de mayor nivel académico como Yale, Princeton o Harvard). Bak obtuvo una de las notas más altas posibles en el examen de acceso y otros factores, como el hecho de que se trata de una de las Universidades con mayor variedad de alumnos africanos de Estados Unidos, terminaron por empujarlo a esta decisión. Hoy día, 11 años después de convertirse en refugiado de guerra, Bak Bak es un jugador de rotación del equipo que dirige el mítico Mike Montgomery (Stanford, Golden State Warriors). Lo más importante es que, a partir del próximo mes de julio, viajará a su país, a Sudán del Sur, sin miedo a represiones de ningún tipo. Se acabó la guerra. Comienza el baloncesto.


PD: Hoy se estrena en Canal +, a las 22 horas, el documental realizado por el programa de Informe Robinson sobre Manute Bol, el más importante baloncestista sudanés. Vaya por él.

PD2: La información extraída para este post está sacada de un artículo del San Francisco Gate que podéis leer aquí y de otra publicada en BearInsider.com.

PD3: Me permito el lujo de invitar a quien lea este artículo se aventure a buscar otra historia relacionada con el baloncesto en Sudán del Sur y así completar una trilogía de este nuevo estado africano.

Alejandro Díaz Triguero / Author & Editor

Has laoreet percipitur ad. Vide interesset in mei, no his legimus verterem. Et nostrum imperdiet appellantur usu, mnesarchum referrentur id vim.

14 comentarios:

J-Bo dijo...

Es una historia muy interesante. En realidad, casi cualquier historia sobre esta gente tan sufrida es bastante similar... guerra, hambre, muerte, sobrevivir de manera milagrosa... hay un montón de refugiados sudaneses en USA que han tenido que poner pies en polvorosa, en su país, en más de una ocasión, con la muerte persiguiéndoles los talones.

Alejandro Díaz Triguero dijo...

@J-Bo: es increíble la de jugadores africanos y sudaneses en NCAA. La de Bak Bak me sorprendió por ser hijo de militar y que su padre quedara allí. Además, el tema de quitarle el pasaporte, conocer a su padre 19 años después...Si juntas estas historias más las de los propios afroamericanos...

Saludos y Gracias por el comentario.

Jacobo Rivero dijo...

Tenemos que asociarnos ;-) La verdad es que se trata de una forma muy buena de desarrollar un tema a través de la blogosfera. Lo que sería impresionante es hacer nosotros el viaje a Sudán del Sur y EEUU para hacer un reportaje completo sobre el asunto. Mientras esperamos a ver si nos toca la lotería, nos quemamos las pestañas investigando desde nuestras precarias conexiones a internet. Algún día se pondra en valor el trabajo de los blogs. Al tiempo.

Un saludo y gracias por la mención.

Anónimo dijo...

Increible la historia de este chaval, el baloncesto como escape ha una vida huyendo de la guerra, se me ponen los vellos de punta con tan solo pensar lo que habrá pasado él y su madre.

Alejandro Díaz Triguero dijo...

@Jacobo: viajar a Sudán del Sur y EEUU sería un sueño. Daría para libros sobre el baloncesto en esa región. Aunque sabemos que lo que sigue vendiendo es saltar por encima de coches, nos gusta esto de buscar por la red historias que contar. Esperemos que el tiempo ponga a los blogs donde nos pertenece.

@dennis_mora91: la verdad es que la historia es espectacular. La madre lo sacó del país con un año. Imagínate lo que sufrió esa mujer. La historia merecía ser contada aunque Bak Bak no hubiera jugado al baloncesto nunca.

Gracias amigos por el comentario.

costalgaraldals dijo...

Historias como esta me hacen pensar que otro mundo es posible.

BPelaz dijo...

Pedazo de historia, totalmente de película.

Con solo pensar todo lo que tuvo que pasar, lo de su padre, que tuviera que volver a su país después de pensar que en USA estaba el paraíso...solo ponerse en su lugar ya es angustioso, vivirlo, algo increíble.

Alejandro Díaz Triguero dijo...

@costalgaraldals: pues sí. Sudán del Sur consigue su independencia y el pueblo árabe se revela contra las dictaduras. En África hay mucho futuro por delante.

@BigBen: no estaría mal un película, a lo "The Blind Side", pero sin Sandra Bullock. Lo peor para él tuvo que ser volver a Sudán y que lo arrestaran, parte de la historia de la que él no quiere hablar. Así que imagínate cómo sería aquello.

Saludos y Gracias!

Mo Sweat dijo...

Lástima que Manute Bol no haya llegado a ver la independencia de Sudán del Sur. La vida ha sido injusta también en este sentido.

Saludos.

Alejandro Díaz Triguero dijo...

@Mo Sweat: pues sí. Él luchó mucho y sufrió mucho por culpa del conflicto y no pudo ver a su pueblo lograr la independencia. Espero que haya una parte de homenaje a Manute en los actos de independencia.

Saludos Mo!!

sraly dijo...

Qué grande eres Paupelu!!!!

Ayer vi el reportaje de Manute Bol y me pareció muy emotivo. Todo este tipo de historias siempre esconden sustantivos como guerra, exilio, huída, hambre... terminos que nos golpean por la distancia a la que nos encontramos.

Es curioso como tanto Bol, como Deng y este chico (aunque su salida de Sudán fue mucho más dramática) procedían de familias 'acomodadas' y tuvieron la oportunidad de salir de Sudán, lo que me hace pensar en todo el talento 'baloncestístico' que habría entre los Lost Boys (los huérfanos de la guerra del Sudán). Hace un tiempo BBC hizo un reportaje muy interesante sobre una visita de Deng a su pueblo natal.

¿Viajar a la África 'negra'? ¿cuándo? ¿Dónde? ¿Cómo?

Y más aún... ¿cómo van los Clippers?

Alejandro Díaz Triguero dijo...

@sraly: Grande tú! El África Negra está llena de Bols, Mutombos y Olajuwons seguro, el problema es cómo hacer que salgan de ahí todos, no sólo los que tengan oportunidad de jugar al baloncesto. Creo que hay una asociación, Hoops 4 Hope, me parece, que intenta buscar talento en África.

¿Para cuándo viajar allí y buscar historias que contar?

Algún día haré un post con los resultados de Clippers en toda si historia.

Saludos amigo!

@jose13bis dijo...

Grande el post, de verdad. ;Lo imprimí para leerlo en el tren tranquilamente, algo que no suelo hacer... cuando acabé, fue una lástima no poder comentar nada al respecto por no tener el PC delante.

Un 10.

Alejandro Díaz Triguero dijo...

@jose13bis: muchas Gracias José. La verdad es que disfruto mucho contando este tipo de historias, y más aún si a la gente le gusta.

Un saludos y Gracias muy sinceras.

Para ponerse la piel de gallina

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