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23 de diciembre de 2011

Reconstrucción acelerada en Utah

Alejandro Díaz Triguero
Hace unos días hablaba sobre el proceso de reconstrucción en movimiento que estaban llevando a cabo Lakers y hoy toca de uno que parece haber terminado por completo, sólo a falta de mejorar año a año las piezas.

El proceso de reconstrucción que ha llevado a cabo Kevin O'Connor puede parecer ejemplar por la celeridad con la que se ha producido, pero no hay que olvidar que estamos hablando de una reconstrucción forzada por la propia situación institucional de la franquicia, en parte explicada en un post anterior. En Febrero de 2009 fallece Larry H. Miller, el mítico propietario de los Jazz desde mediados de los 80. Con fama de ser un propietario tacaño, sus últimos años de vida le habían hecho aflojar un poco sus intereses puramente económicos y el equipo supo recomponerse rápidamente de la retirada y salida de Stockton y Malone, jugando las Finales de Conferencia en 2007, apenas cuatro temporadas después de la marcha de los dos emblemas. Con su muerte, la propiedad recae en su viuda, que delega en el mayor de sus cinco hijos, Greg, que inmediatamente decide realizar recortes salariales en la plantilla.

Con ella llega la primera salida importante de la franquicia y el desencadenante de la situación actual. Pocos días antes de la muerte de Larry H. Miller, los Jazz traspasan a Ronnie Brewer a cambio de una segunda ronda del Draft a Memphis con la intención de reducir masa salarial en una plantilla que llevaba varios años instalada por encima del límite, a pesar de que el jugador aún se encontraba bajo contrato de rookie. La salida de Brewer, más allá de los costes deportivos, supone la primera crisis en la relación persona de Jerry Sloan y Kevin O'Connor, General Manager. Además, el vestuario perdía a uno de sus líderes, lo cual se tradujo en el malestar de las principales estrellas, Deron Williams y Carlos Boozer. En el verano de 2010 el equipo perdía en el mercado de Agentes Libres a Carlos Boozer y Kyle Korver rumbo a Chicago (por quien también firmaría Brewer) y la temporada empieza con un Williams peleado con directiva y entrenador. Una  de tantas crisis entre el base y Sloan acaba con la dimisión de éste y Phil Johnson y la dirección del equipo en manos de un entrenador sin experiencia en la Liga pero con gran arraigo en la franquicia por sus años de jugador, Tyrone Corbin.

De esta forma Kevin O'Connor decide emprender una reconstrucción drástica, viendo que sin Sloan y con la plantilla actual el equipo estaba a muchos escalones de la élite de la Conferencia. Por lo tanto y tras la, entonces reciente, resolución del Melo-Drama, se traspasa a Deron Williams antes de que pudiera perderse en el verano de 2012 o en un traspaso anterior con menores ganancias. Se cubre la posición perdida con un base joven y con pasado All-Star, Devin Harris, y con un rookie con potencial, número 3 del Draft de 2010 y de corte defensivo, muy del estilo tradicional en Salt Lake City, Derrick Favors. Llega junto a ellos una elección de primera ronda para 2011. En el Draft de 2010 se había elegido a Gordon Hayward con la elección de Nueva York (nº 9). Para la ceremonia de este año por tanto le correspondían dos elecciones dentro de los puestos de lotería, con los que se eligieron a Enes Kanter (3) y Alec Burks (12).


No se ha ejercido la renovación de Andrei Kirilenko, el miembro de la plantilla que más años llevaba (desde 2001), por lo que se libraban de un contrato por encima de los 15 millones de dólares. La plantilla quedaba configurada de la siguiente manera: Devin Harris, Earl Watson y Jamar Tinsley como bases; Alec Burks y Raja Bell como escoltas; Gordon Hayward, C.J.Miles, Josh Howard y Jeremy Evans como aleros; Paul Millsap, Al Jefferson y Derrick Favors como ala-pívots y Enes Kanter y Mehmet Okur como pívots. Ayer se anunció el traspaso de Okur a New Jersey Nets. La franquicia era bastante reacia al traspaso, ya que Okur es un jugador muy querido en la organización, platilla y ciudad, pero los Nets, en su desesperación por la baja de Brook Lopez, ponían sobre la mesa una carta clave: una Trade Exception de 8 millones de dólares sin límite temporal para usarla. Esto libra al equipo de un salario de 10 millones de euros para fichar en el verano de 2012, además de 8 millones de dólares para poder lograr algún jugador joven con el que rellenar el equipo, especialmente para el puesto de escolta.

La salida de Okur tiene consecuencias directas sobre dos jugadores: Favors y Kanter. El primero asumirá más minutos y ayudará en su desarrollo, además de que podrá ser probado en el puesto de Center. Para el pívot turco las consecuencias deportivas son similares, si bien es cierto que tanto Corbin como O'Connor habían depositado en Okur toda la responsabilidad de guiar a Kanter en su primer año en la liga, ayudándolo en lo máximo posible con su juego y ejerciendo de anfitrión en una ciudad con fama de ser poco agradable, especialmente en jugadores extranjeros. Así pues el equipo junta a cuatro elecciones altas de dos Drafts consecutivos (los nº 3 y 9 de 2010 y el 3 y 12 de 2011) y sólo se mantienen en plantilla dos jugadores que fueron finalistas de Conferencia en 2007, Millsap y Miles, que eran rookie y jugador de segundo año entonces. El propio Millsap (7 millones este año) y Jefferson (14 millones) tienen el cartel de transferibles, lo que no debería evitar que para la temporada 2013-14 sólo se tengan comprometidos los contratos de los cuatro jóvenes. 

Por lo tanto tanto plantilla como aficionados tienen asumido que este año se tocará fondo. El equipo estará entre los 5 peores récords de la temporada (salvo sorpresa mayúscula) y se aseguraría por tanto una elección alta en uno de los Drafts con mayor nivel de los últimos años. Además se dispone de espacio salarial para ir a por algún buen agente libre en verano y 8 millones de la trade exception por usar, junto al valor en el mercado de Al Jefferson, todo ello en búsqueda de un escolta anotador y un base. A todo esto habría que unirle que durante unos años se dispondrá de elecciones en puesto de lotería para seguir reforzando el equipo. El espejo es Seattle/Oklahoma City y a partir de ahí se ha construido una plantilla joven y de progreso para devolver lo antes posible al equipo a la élite de la NBA.

11 de diciembre de 2011

Reconstrucción en movimiento. ¿Hacia atrás?

Alejandro Díaz Triguero
"Lo que tenga que pasar, que pase rápido" declaraba Pau Gasol tras su primera rueda de prensa esta temporada, aún como jugador de Lakers. Mientras se escriben estas líneas, el español sigue formando parte de la franquicia californiana. Puede que cuando se lean, ya no. 

No hay que engañarse, este es el traspaso de Chris Paul, no el de Pau Gasol o el de cualquier otro jugador. La directiva ha creído necesaria realizar una reconstrucción y ha optado por hacerse con el base de los Hornets, a sabiendas que éste y la NBA (propietaria de la franquicia) eran conscientes que no continuaría en la ciudad de Louisiana más allá de Junio de 2012, fecha en que se convertiría en Agente Libre. Sin embargo, las reconstrucciones tienen lugar cuando una franquicia aparenta al menos haber tocado fondo. ¿Lo hizo Lakers cayendo en 2ª Ronda de Playoffs ante Dallas Mavericks, a la poste campeones? En mi opinión, rotundamente no. Podríamos hablar por tanto de lo que en Estados Unidos llaman "Rebuilding in motion", una reconstrucción en movimiento. Algo que permita no llegar a tocar fondo y continuar siendo competitivos. El movimiento, en ocasiones, no siempre significa avance.

Jim Buss, hijo del mítico Jerry Buss, deja clara sus intenciones con el intento de traspaso de Chris Paul: "nadie es imprescindible, salvo Kobe". Los jugadores que queden en la franquicia sabrán que siguen ahí por dos razones: su propio equipo no los consideraba valiosos y porque hay que cubrir plazas en la plantilla. La salida de dos jugadores como Lamar Odom (14'4 pts, 8'7 rebs y 3 asistencias) y Pau Gasol (18'8 pts, 10'2 rebs y 3'3 asistencias) a cambio de Chris Paul (15'9 pts, 9'8 asistencias y 2'4 rebotes) y posiblemente Emeka Okafor, parece responder a una necesidad de rejuvenecer plantilla y cubrir una posición deficitaria en el equipo, sobretodo una vez abandonado el barco Phil Jackson y con él el triángulo ofensivo que rehusaba de bases con mando en ataque. Pero también implica una segunda lectura: o Andrew Bynum ocupa el papel que ejercían Gasol y en menor medida, Odom, o llega Dwight Howard. Lo primero resulta difícil (casi imposible) de creer. Lo segundo, tras la supuesta petición de salida del jugador hacia Nets, también. Sin Howard, la llegada de Chris Paul supone un paso atrás en esa reconstrucción.

Paul es una estrella de la Liga, posiblemente el mejor base junto a Deron Williams de la competición, pero su salida a cambio de dos jugadores claves en las últimas cuatro temporadas, donde se han logrado dos anillos y una final más, no parece la decisión acertada. Si se juntan Kobe, Paul y Howard parece que se logra aumentar las posibilidades de éxito. Tres variables distintas de ataque, mejora defensiva y jugadores que no se solapan, al menos sobre la pista. Sin Howard, la formula está falta de una variable. Incompleta. Y al menos hasta a día de hoy, la opción de mantener en plantilla a Gasol y Odom sí resultó.

Lakers se encuentra ahora en la tesitura de comenzar una reconstrucción que puede quedar mutilada por la no llegada de Howard y la no llegada de progresión de Bynum. O abortar toda opción de cambios y comenzar la temporada con la plantilla actual, con un Pau Gasol profesional y un Odom contestatario, expectantes a cada paso por los pasillos del Staples temiendo la llegada por detrás de Buss, Kupchak o Bryant.

7 de noviembre de 2011

Comienza la NCAA

Alejandro Díaz Triguero
Mientras unos cuántos multimillonarios se pelean en algún hotel de Nueva York sobre dónde irán los beneficios que genera la NBA, el otro baloncesto americano, el que más seguimiento produce y más personas lleva a las canchas, echa a rodar esta misma noche. La NCAA, la competición universitario, da comienzo una temporada tras un verano en el que las noticias han rondado más acerca de los futuros cambios en la confección de las Conferencias, especialmente las Majors, las más importante, donde ya se han anunciado algunos cambios en el futuro. 

En lo puramente deportivo, la Division I de la NCAA parte con un clarísimo candidato al título el primer fin de semana de Abril, los Tar Heels de North Carolina. Entrenados por Roy Williams, el equipo de Chaper Hill cuenta con algunos de los principales candidatos a Jugador del Año, como Harrison Barnes, un alero de exquisita técnica individual, elegante y aspirante a número 1 del Draft a poco que demuestre el nivel mostrado en la segunda mitad de la temporada pasada. Tyller Zeller, pívot blanco de último año, forma junto a John Henson la que a priori parece la mejor pareja interior del campeonato, más aún si le añadimos a James McAddo, el sobrino del mítico pívot que también fuera estrella de los Tar Heels. Kendall Marshall, Reggie Bullock, P. J. Hairston, Dexter Strickland... todo lo que no sea una victoria de North Carolina suena a sorpresa.

En el segundo grupo de candidatos parecen asomarse los actuales campeones, Connecticut, con la incorporación de Andre Drummond y la mejora de Napiez y Jeremy Lamb, junto al oficio de Oriakhi, parece que pueden hacer olvidar a Kemba Walker. Junto a los Huskies aparecen también los Buckeyes de Ohio State, que a pesar de haber perdido a dos piezas claves como eran Lighty y Diebler mantienen a Jared Sullinger como absoluta estrella. Otro candidato a copar los puestos altos del próximo Draft y al que esta segunda temporada en la Universidad le ayudará mucho a pulir los defectos que aún arrastraba en su juego como freshman. Duke, con una de las sensaciones, Austin Rivers (al que hay que darle tiempo para ver su mejor versión) o Syracuse son otras de las posibles opciones a UNC.


Pero si hay un equipo y un programa que se encuentra ante una reválida son los Wildcats de Kentucky. El proyecto Calipari debe hacer ver que no sólo sirve para colocar jugadores en la Primera Ronda del Draft si no también para ganar títulos. El año pasado llegaron a la Final Four, la tercera con tres equipos distintos para Calipari (aunque las de Massachussets y Memphis quedan anuladas por irregularidades), pero el equipo dejó muestras de falta de cohesión. Normal, ya que cada año Kentucky pierde a sus mejores jugadores y su puesto lo ocupan jugadores de primer año, con lo que ello supone para el juego en equipo. Son los que mejor han reclutado esta temporada, con Anthony Davis, Marquis Teague, Michael Gilchrist o Kyle Wiltjer, a los que hay que unirles a un Terrence Jones que parece estar a un nivel altísimo. Tienen más que responder que nadie.

Esta noche tendremos los primeros partidos de la temporada, donde entran en acción universidades como Arizona o St. John's, pero será el próximo viernes cuando dé inicio la noche mágica del baloncesto universitario, con los grandes programas entrando en liza, incluyendo un North Carolina-Michigan St. que se disputará sobre un portaaviones. Una competición donde cada partido es especial, donde las canchas siempre están llenas y donde el 90% de sus jugadores nunca llegarán a ganar ni una décima parte de las sobras por las que jugadores y propietarios NBA se pelean.

PD: ¿Butler? A priori, tras las salidas de Mack y Howard parece que Andrew Smith gana importancia y Ronald Nored ejercerá de líder. A priori, deberán luchar mucho por ganar su Conferencia. Pero con Brad Stevens cualquier cosa es posible.

PD2: para un mejor seguimiento de la temporada NCAA recomiendo descargar la guía que desde Basket Americano han preparado y en la que he tenido el placer de participar.

16 de octubre de 2011

Y ya hace dos años...

Alejandro Díaz Triguero
Cómo pasa el tiempo, ¿verdad? Parece que fue ayer cuando narraba aquel triple de Jordan a los que sólo unos pocos aficionados a los Jazz nos dolió y que sólo el tiempo nos ha hecho ver que es un trozo de la historia de este deporte. Supongo que como muchos asocio esa suspensión perfecta a una voz, a una narración perfecta que sólo podía ser obra suya, como aquella canasta sólo podía ser obra de Jordan. Hoy se cumplen dos años de la muerte de Andrés Montes y, lejos de perderse en la memoria, su recuerdo se encuentra más vivo que nunca.

Porque resulta que muchos de los que entonces le criticaban ahora andarán escondidos o incluso se sumarán al recuerdo y la memoria. Basta recordar alguna de sus frases o uno de sus apodos para intentar hacer pensar a los demás que eras uno de los muchísimos fans que tenía por toda España. Lo peor es que él murió pensando que no era así, que la proporción era mucho más favorable para los críticos. O es eso, o los que le admirábamos no supimos hacer tanto ruido entonces. Tal vez por eso llevamos dos años pronunciándonos cada vez que una retransmisión se hace aburrida y monótona. Y por desgracia ocurre tantas veces...

Porque para una generación (entre la que me incluyo) la NBA se asocia a la pareja Montes y Daimiel, que trascendía más allá de lo propiamente baloncestístico. No paro de pensar cómo habría transcurrido una de esas conversaciones de madrugada, en cualquier tiempo muerto de cualquier partido que en otra situación nos habría mandado a la cama. Llevo meses imaginando cómo Andrés Montes habría afrontado ese affaire entre Glen Rice y Sarah Palín en los años de Wolverine del ex-marido de Cristy (la de "María Cristina me quiere gobernar"). Él era capaz de mantenerte despierto cuando esos que ahora luchan por unas migajas de millones de dólares más no lo hacían. 

Y ahora resulta que él no sabía narrar. Que se equivocaba con frecuencia, que era histriónico, que te hacía andar como loco buscando el mando a distancia para bajar o subir la voz. Pero los que han llegado por detrás no están ni a un paso suya, casi que ni siquiera lo ven marcharse. Si el partido es aburrido, lo seguirá siendo. Y a esta vida hemos venido a divertirnos.

Parece mentira que fuera hace dos años cuando recibiera aquella noticia y mi expresión fuera tal que tuviera que contrastar la noticia varias veces. Para mis padres, que sufrían aquellos gritos casi mañana, tarde y noche, Montes y Daimiel eran casi como de la familia. "Otros vendrán que bueno te harán", reza el refrán. En otros casos, simplemente, es que los demás nunca serán tan grandes.


Y ya hace dos años que te fuiste...

8 de octubre de 2011

La Western Kentucky de Haskins y Smith: a las puertas de la gloria

Alejandro Díaz Triguero
La temporada de la consolidación definitiva del equipo llegó al año siguiente, la 65/66. Al bloque que formaban Clem y Dwight, ya en su año junior, y Steve Cunningham, un rocoso pívot que afrontaba su temporada senior, se unirían Greg Smith, el hermano pequeño de Dwight, y Wayne Chapman, un alero procedente tras un transfer desde Kentucky. Ninguna previsión hacía pensar que los Hightoppers serían serios aspirantes al título, algo que habrían logrado de no ser por la jugada más recordada en Bowling Green. Tras un récord en Temporada de 23-2 y con cuatro jugadores en los dos mejores quinteto de la Ohio Valley (Clem, que fue el MVP, Dwight, Greg y David), el equipo llegó al Torneo Final como décimo mejor clasificado, lo que le obligaba a enfrentarse en primera ronda al número 4, Loyola-Illinois, a la que derrotaron por 105-86. En segunda ronda el rival sería Michigan, liderados por Cazzie Russell (que sería número 1 del Draft en el 66 y campeón con Knicks en 1970). Con 79-78 en el marcador y a falta de 15 segundos para el final, Chapman roba un balón y recibe la falta, que en lugar de ser sancionada como antideportiva (tiros y banda), es cobrada como falta normal, lo que supone un “uno más uno”. Chapman falló el primer lanzamiento, aunque el rebote cayó a manos de Greg, que inmediatamente fue rodeado por Russell, forzando un salto entre dos (aún entonces presente en el reglamento). Steve Honzo fue al árbitro encargado de lanzar el balón al aire. Smith se elevó sobre Russell y tocó el balón, aunque Honzo pitó falta a favor de Michigan, entendiendo que Smith se había apoyado sobre Russell (minuto 8:40 del vídeo siguiente). La falta supuso dos tiros libres que la estrella de los Wolverines transformó. Un lanzamiento lejano de Chapman fue insuficiente para evitar la derrota.


La victoria no sólo habría supuesto el pase a la Final Regional y un posible billete a la Final Four, sino que suponía enfretarse a Kentucky, donde Clem Haskins y Dwight Smith tenían varias cuentas pendientes. No pudo ser. Al termino del partido, Adolph Rupp se dirigió al hotel donde se alojaba Western Kentucky a interrumpir la fiesta de cumpleaños que celebraban en honor a David Cunningham y el coach Oldham, con el que cruzó algunas palabras durante algunos minutos en un ambiente “bastante tenso”, según los testigos. Kentucky vencería a Michigan en Final Regional y a Duke en las semifinales regionales, cayendo ante una Texas Western que lograba, por primera vez en la historia, el título para un equipo cuyo quinteto titular estaba formado únicamente por jugadores negros. Kentucky recibió la venganza que Dwight y Clem no pudieron formular.

Al año siguiente el equipo partía como uno de los favoritos al triunfo final. Haskins fue elegido mejor jugador de la Ohio Valley de nuevo (y Dwight, Greg y Chapman como parte de los mejores quintetos), pero además recibió el reconocimiento de formar parte del mejor quinteto All-American de la temporada junto a nombres como Lew Alcindor, Wes Unseld o Elvin Hayes. Haskins pasó buena parte de la temporada fuera del equipo por una lesión en su muñeca derecha y, aunque volvió para la parte final de la temporada, su rendimiento no fue el mismo y el equipo cayó ante Dayton (que sería subcampeón) en primera ronda, dejando pasar la que era su última oportunidad de lograr ser el mejor equipo del país. Pat Riley escribió una carta a Haskins en 1967 sintiendo su lesión y afirmándole que su equipo era el mejor del Estado aquel año. Aún mantiene esa carta.

Y después...

David Cunningham había abandonado el equipo en 1966, siendo seleccionado en el Draft por los Royals en el puesto 56 (6ª Rnd). A pesar de realizar algunos campus con el equipo, sufrió una grave lesión que lo apartó de la temporada. Cincinnatti le ofreció la recuperación jugando en la Eastern League (el antecedente de la CBA), pero decidió aceptar la oferta del Union County HS en un pueblo de Kentucky, donde entrenó durante cuatro temporadas. Después trabajó como comercial de productos médicos durante 10 años en Mississippi, jubilándose tras varios años de trabajo en una empresa médica de Texas, donde vive actualmente.

El entrenador John Oldham se mantuvo en el cargo hasta 1971, cuando tras perder la semifinal nacional decidió ocuparse del puesto de director deportivo en la propia Western Kentucky hasta 1986. A sus 88 años sigue siendo un importante miembro de la comunidad de Bowling Green.

Wayne Chapman fue seleccionado en el puesto 156 del Draft de 1967 por los Sixers. Tras cuatro años en la ABA, entre Kentucky Colonels, Denver Rockets e Indiana Pacers, se retira por una grave lesión de espalda. Tras varios años entrenando en varios institutos, llegó al Kentucky Wesleyan College, donde fue campeón de la Division II de la NCAA en 1987 y 1990, año en que se retira definitivamente. Su hijo Rex brilló en la universidad de Kentucky, llegando a ser número 8 del Draft y jugando durante 12 temporadas en la NBA entre Hornets, Bullets, Heat y Suns.

Greg Smith fue seleccionado por los Milwaukee Bucks como número 50 del Draft de 1968. Formó parte de la plantilla inaugural de la franquicia en la NBA y del equipo campeón en 1971. Disputó 8 temporadas en la NBA y tras su retirada como jugador de los Blazers, se decidió por la política.

Clem Haskins fue el número 3 del Draft de 1967, elegido por los Chicago Bulls. Tras tres temporadas allí, fue traspasado a los Phoenix Suns, donde disputó cuatro temporadas. En 1974 llega a los Washington Bullets y forma parte del equipo finalista en 1975, ejerciendo como uno de los pocos reservas que K. C. Jones utiliza en aquellas Finales, dándole descanso a Kevin Porter y Phil Chenier. En 1976, tras una grave lesión de rodilla, se retira de la NBA. En 1980 recibe la oportunidad de entrenar a Western Kentucky, donde firma un récord de 101-73 en 6 temporadas. En 1986 accede al puesto de entrenador jefe de la Universidad de Minnessota, con la que logra ganar el NIT en 1993 y en 1997 disputa la Final Four, cayendo en semifinales precisamente ante Kentucky. Fue asistente de Lenny Wilkens con la selección americana en Atlanta 96. En 1999 es destituido por su implicación en una falsificación de notas de algunos de sus jugadores. Hoy día vive en su granja de Campbelsville, donde se dedica a disfrutar de los partidos de instituto y se deja ver por Bowling Green para ver a los Hightoppers. En 1997 escribió un libro autobiográfico llamado “Breaking Barriers”, de donde bebe buena parte de este texto.

Dwight Smith fue seleccionado como número 23 del Draft de 1967 por Los Angeles Lakers. Comparado hoy día con una versión más atlética y ofensiva de Dennis Johnson, era el jugador más preparado para la NBA de aquel equipo. Gran reboteador y defensor, de físico privilegiado, podía jugar tanto de base como de escolta. Una semana antes de acabar el curso en la Universidad y de marchar a Los Ángeles a firmar su contrato profesional, tras la cena familiar por el Día de la Madre, Dwight y su hermana Kay fallecen en un accidente de tráfico. El coche, que conducía su hermano Greg en un día de lluvía, patinó y cayó en una enorme alberca. Greg salió con vida, pero sus hermanos murieron ahogados. Al funeral asistieron todos los entrenadores del Estado de Kentucky, incluido Adolph Rupp, y varios jugadores como Wes Unseld.


Junto al coach Oldham, de izquierda a derecha: Greg Smith,
Wayne Chapman, Dwight Smith, David Cunningham y Clem Haskins
PD: esta serie consta de una primera parte, dedicada a los orígenes de Haskins y Smith y el problema del racismo en el estado de Kentucky.

5 de octubre de 2011

La Western Kentucky de Haskins y Smith: el racismo y los orígenes

Alejandro Díaz Triguero
En los años 60, cuando en la NBA la integración del jugador negro parecía total con la llegada y afianzamiento como estrellas de algunos jugadores (Bill Russell, Elgin Baylor u Oscar Robertson), todavía en mucho lugares del corazón de Estados Unidos la segregación y el racismo era parte del día a día, no sólo de la población afroamericana en especial, si no de muchos deportistas en particular. Clem Haskins nació un 24 de Febrero de 1943 en Campbellsville, un pequeño pueblo granjero del condado de Taylor, lo que se llama el “Corazón de Kentucky”. Haskins se considera a si mismo un “farmboy”, un chico de granja que creció en una familia de 11 hermanos, mientras sus padres atendían al campo o trabajaban en casas de otras personas.

Hasta los 8 años Clem no pudo asistir al colegio por primera vez, ya que a esa edad debía trabajar con su padre e intentar llevar la mayor cantidad de dinero posible a casa. A partir de los 8 su padre le inculcó el valor de la educación y comenzó a asistir a escuelas de negros, algunas de un solo aula y atendidos por profesores que apenas habían superado la secundaria. A partir de 4ª curso y gracias a su habilidad para los deportes, Clem tuvo la oportunidad de ir al instituto de Campbellsville Durham, donde consiguió despuntar en los torneos de baloncesto. Eso sí, en aquellos años 60, en Kentucky aún existían torneos para blancos y torneos para negros. En 1961, y tras una recomendación, Clem pudo convertirse en el primer estudiante de raza negra del Taylor County High School. Aunque en un principio no le permitieron la entrada al colegio y debía volver andando a casa tras recorrer más de 30 millas al día, una vez que las autoridades obligaron al instituto a aceptar al chico, el resto de su estancia en el instituto fue de total normalidad. Nunca tuvo ningún problema con profesores y alumnos. Al menos no a su cara.

Como era habitual en Clem, una vez más destacaba como el mejor jugador del equipo de baloncesto y como un notable jugador de béisbol. Pero a pesar de haber logrado romper el muro del racismo en su instituto, aún existían demasiados prejuicios en el resto de Kentucky. En una ocasión, mientras él y su equipo de béisbol acudían a Lexington a disputar un partido, toda la plantilla se dispuso a cenar en un café. La camarera, al ver que uno de los integrantes era negro, pidió al entrenador que le dijera a Haskins que se fuera. La reacción del resto de compañeros fue unánime: abandonaron el café y comieron en el único sitio donde permitían negros, una gasolinera. Clem brilló a gran nivel en el instituto, situándose como uno de los jugadores más importantes del estado, por lo que le llegó el turno de elegir Universidad.

La primera oferta que recibió Clem fue la de la Universidad de Kentucky, entonces entrenada por el mítico Adolph Rupp y liderada por un joven Pat Riley. Haskins estaba ilusionado por poder formar parte de uno de los programas universitarios más potentes de la época, hasta que recibió la noticia de que Rupp y la Universidad habían retirado su oferta al saber que era negro. Finalmente, Haskins optó por la opción de Lousiville, donde no lograría aguantar más que un par de meses, agobiado por un Campus demasiado grande en un lugar demasiado lejano. Por lo tanto, la tercera opción fue la que le ofrecía Edgar Allan Diddle, que llevaba entrenando a Western Kentucky desde 1922. Aunque Haskins nunca llegó a jugar a las órdenes de Diddle (en aquel entonces los jugadores freshman sólo podían entrenar con el equipo), Haskins lo encontró vital en su elección para jugar con los Hilltoppers.

En su primer año, Haskins coincidió como novato con el que sería su escudero en el equipo y su mejor amigo, Dwight Smith. Nacido en Princeton, Dwight recibió numerosas ofertas por parte de Universidades de gran prestigio como Kansas, Ohio St., Louisville o Michigan, después de haber brillado en el instituto Dotson, un centro sólo apto para negros. Al igual que le ocurriera a Clem, la Universidad de Kentucky denegó su reclutamiento una vez supieron que se trataba de un jugador negro y de nuevo el entrenador Diddle convenció a otro gran jugador de que se uniera a Western Kentucky: “este es uno de los jugadores que va a convertir a este programa en algo importante”, le dijo a Henry, el padre de Dwight. De esta manera, con la llegada de Clem Haskins y Dwight Smith, la Universidad de Western Kentucky aceptaba a los dos primeros afroamericanos de su historia. Estaban, poco a poco, haciendo historia.


Tras una temporada 63/64 donde ninguno de sus dos freshman pudieron participar con el equipo, E. A. Diddle delegó su puesto tras más de 40 años en uno de sus antiguos jugadores, John Oldham, tras una campaña de 5 victorias y 16 derrotas. Con Oldham en el banco y con Haskins y Smith disponibles en el equipo, los Toppers lograron un récord de 18 victorias y 9 derrotas y se clasificaron para jugar el NIT, donde cayeron en segunda ronda ante la universidad de Army (58-54). Tanto Clem como Dwight fueron incluídos en alguno de los mejores quintetos ideales de la Ohio Valley Conference. A pesar de haber logrado romper una vez más el muro del racismo, en este caso en la Universidad, la vida para un deportista negro seguía sin ser fácil en Kentucky. El equipo debía seguir comiendo en la calle o durmiendo en el autobús ante la negativa de restaurantes y moteles a aceptar negros.

PD: esta serie se completará con una segunda entrega, en la que se terminará de repasar la trayectoria de esta Western Kentucky.

27 de septiembre de 2011

La lucha por el recuerdo

Alejandro Díaz Triguero
El pasado día 21 se celebró el "Día Internacional contra el Alzheimer", una enfermedad que afecta a unos 15 millones de personas en el Mundo, siendo la cuarta causa de muerte más común entre las personas mayores de 65 años. Probablemente el Alzheimer, que elimina paulatinamente la memoria por la desaparición de las neuronas, tenga más consecuencias para el familiar o persona allegada que para el propio enfermo. Esta enfermedad, para la que no existe de momento cura de ningún tipo y es muy difícil de diagnosticar, suele llevarse a esa persona tras una media de 15 años de sufrimiento y pérdida lenta de actividad cerebral.

El 23 de Agosto Pat Summit anunciaba que padecía de Alzheimer en su tipología de demencia. Posiblemente su nombre no suene a la mayor parte de los aficionados al baloncesto, especialmente en Europa, a pesar de que se trata de la entrenadora universitaria con mayor número de victorias en la historia de la NCAA, ya sea hombre o mujer, acumulando un récord de 1037 victorias y 196 derrotas (84'1%). Después de varios meses en los que sufría pérdidas de memoria, el momento clave llegó cuando, en un final de partido, se quedó en blanco a la hora de preparar un ataque. Su asistente tuvo que salir en su ayuda.

Pat Summit llegó al banquillo del equipo femenino de la Universidad de Tennessee en 1974 como asistente y esa misma temporada logró acceder al puesto de entrenadora jefa, trabajo que no ha dejado de ocupar en los últimos 37 años. Además, como jugadora logró el Oro Olímpico en Montreal 76, los primeros Juegos Olímpicos en los que existía torneo femenino, y entrenó a la Selección Americana que logró el oro en Los Ángeles 84. En todas sus temporadas al frente de las Lady Vols (como se conoce al equipo), Summit ha logrado 8 títulos nacionales (6 en 12 años) y ha sido designada como mejor entrenadora del año en 7 ocasiones, además de ser designada como la mejor entrenadora de baloncesto del Siglo XX a nivel Universitario.

Independientemente de su excelso currículum, la notoriedad reside en que Summit ha decidido que este año entrenará a las Lady Vols, a pesar de que los médicos lo desaconsejan. El estrés y la ansiedad que provoca la competición puede acelerar los síntomas y los efectos de la enfermedad, además de provocar en ella misma cambios de humor y déficit de atención en determinados momentos. A pesar de todo, Summit ha reiterado su compromiso a la afición y a la directiva de la Universidad, que en el año 2009 le otorgó una extensión de contrato por valor de 1'4 millones de dólares anuales.


Posiblemente la actitud de Pat sea vista desde el exterior como egoísta. Para una persona que lo ha dado todo por el deporte, que ha conseguido todo lo que un entrenador puede alcanzar, estos años tal vez sean para dedicarlos a su familia, a su hijo Tyler. Posiblemente Summit, que conocía su diagnóstico 3 meses antes de hacerlo público, pudo llegar a tener contacto con Dean Smith, el que fuera entrenador de la Universidad de North Carolina hasta 1997, también enfermo de Alzheimer. Los que han hablado con Smith en los últimos meses afirman que cada vez recuerda menos de su exitosa carrera en los banquillos (como explicó Miguel Ángel Paniagua en su última columna para Solobasket, hace ya más de un año). Cuando se da esta situación, en la que notas que tienes tanto por enseñar y tanto por transmitirle a los demás, debe ser duro admitir que tal vez llegue un momento en que no seas capaz de recordar ni siquiera quién eres. Pat Summit seguro que quiere agarrarse al último trozo de astilla que quede de ese hogar que todos tenemos llamado "recuerdos", una vez se haya derrumbado del todo. Aunque ella no lo sepa, sus recuerdos no se perderán nunca, porque al igual que Dean Smith, nadie les olvidará a ellos y lo que lograron.


18 de septiembre de 2011

Que amanezca también en Londres

Alejandro Díaz Triguero
Juan Carlos Navarro reía junto al podium del Kaunas Arena con el trofeo de MVP del torneo y de miembro del mejor equipo del campeonato. Tras promediar más de 29 puntos en los tres partidos de la fase decisiva del torneo, todos los ojos se clavaban en él como estandarte de este nuevo oro del baloncesto español. Pero fue Felipe Reyes el encargado de recoger el trofeo de Campeones de Europa, un gesto hacia uno de los emblemas de esta generación dorada que perdió a su padre unos días antes del inicio del Torneo. Posiblemente su imagen levantando el trofeo tras disputar sólo el último minuto del partido da muestras de lo que debe suponer Lituania 2011 para esta generación.

Desde que en 2001 los juniors de oro debutaran en un Eurobasket (Raúl López y Juan Carlos Navarro ya habían sido llamados para Sidney), el balance español es de 6 semifinales consecutivas (más la de 1999) y de 5 medallas, unidas al oro mundial y la plata olímpica de Pekín. El único tropiezo lo supuso un triple a 8 metros en el último suspiro ante Serbia. Un tropiezo. Pero de aquella generación de los Júniors de Oro ya cada vez van quedando menos. Posiblemente la cita olímpica de Londres sea la última que el grueso de esta generación dispute, ya que se antoja difícil que nombres como Felipe Reyes puedan estar más allá del próximo verano. Lo de Navarro y Gasol es decisión únicamente suya. 

La Selección española una vez más ha realizado un torneo de menos a más, sintiéndose a gusto cuando premiaba ganar partidos y con un único tropiezo derivado de un último cuarto ante Turquía en el que se anotaron 2 puntos, algo posiblemente irrepetible. Las dudas nunca se disipan, especialmente las referidas al rebote defensivo o la defensa del bloqueo y continuación, pero se compensan con la intensidad de jugadores como Ibaka (mucho debe mejorar Mirotic) o una versión mejorada por McMillan de Rudy Fernández, presente en el robo, el rebote y el tapón. El único pero ha sido el bajo rendimiento de jugadores que se antojan esenciales en el presente y futuro del equipo, como Ricky Rubio o Sergio Llull, a los que se les espera y que seguro llegarán.

Y hay que recordar que esta selección ha visto cómo 3 jugadores campeones del Mundo y subcampeones olímpicos la abandonaban de manera voluntaria (al menos dos de ellos no hubieran estado igualmente). La continuidad del bloque es cierta, pues se sigue venciendo en categorías inferiores, pero sigue quedando la sensación de que será difícil repetir estos logros cuando falten Pau Gasol y Navarro. Por eso la cita de Londres debe tomarse desde los jugadores como una oportunidad única de hacer historia y demostrar que se está a la altura de las mejores generaciones del baloncesto mundial. Si en Lituania el canto de los jugadores era el "¡Todos los días sale el Sol, Felipón!", que el próximo verano vuelva a salir, que tarde en esconderse. Y que Andrés Montes lo siga disfrutando donde esté, que este es un equipo de jugones.


1 de agosto de 2011

Los números que faltarían por retirar en la NBA (III)

Alejandro Díaz Triguero
Tras un período de descanso, vuelvo con la última parte de esta serie sobre qué números serían susceptibles de ser retirados en las franquicias NBA.

OKLAHOMA CITY THUNDER
Números retirados: Gus Williams (1), Nate McMillan (10), Lenny Wilkens (19), Spencer Haywood (24), Fred Brown (32), Jack Sikma (43)

En primer lugar hay que considerar que el traslado de la franquicia de los Sonics a Oklahoma City supuso que la ciudad de Seattle se erigía como heredera de los Sonics, por lo que mantenía los derechos a utilizar dicho nombre en el caso de que otra franquicia volviera a la ciudad. Además, tiene los derechos sobre los colores originales del equipo (verde y amarillo) y sobre los dorsales retirados, de ahí que los Thunder no puedan colgar del techo las banderas con dichos números ni retirarle el dorsal a ningún jugador de la etapa en Seattle. Por lo tanto, no pueden ser retirados por la franquicia los dorsales de jugadores que sí lo merecen, como Gary Payton (20), que disputó 12 temporadas y media que le valieron para la liderar la franquicia en puntos, asistencias, robos, partidos y minutos, además de llegar a ser 9 veces All-Star, mejor Defensor en el 96 y liderar al equipo a las Finales de ese año.

Otros jugadores importantes de la etapa más reciente de la franquicia son Shawn Kemp (40), que jugó 8 temporadas en Seattle siendo parte fundamental del equipo finalista del 96, fue 5 veces All-Star y formó parte durante tres temporadas seguidas del segundo mejor quinteto de la Liga. Además, lidera a la franquicia en tapones, es 2º en rebotes y 5º en puntos y partidos. También habría que considerar a Xavier McDaniel (34), con un promedio de 20'7 puntos en 5 temporadas y media, Dale Ellis (3), que en 6 temporadas y medias le dio tiempo a ser el 7º máximo anotador de la franquicia; o Detlef Schrempf (11), que fue dos veces All-Star en sus seis temporadas en el equipo y miembro del tercer mejor quinteto.

ORLANDO MAGIC
Números retirados: el número 6 a la afición (Mejor Sexto Hombre)

A pesar de ser una franquicia de creación reciente, la historia del equipo es suficiente como para reconocer la aportación a determinados jugadores. A la espera de ver qué ocurre con O'Neal, se echa en falta el merecido homenaje al escudero de Shaq en los años gloriosos del equipo, Penny Hardaway (1). A pesar de que se carrera se truncó antes de tiempo a causa de las lesiones, Penny jugó 6 años en los Magic donde fue parte fundamental para ser finalistas en el 95. Fue 4 veces All-Star, estuvo en dos ocasiones en el mejor quinteto de la temporada y es el 5º máximo anotador de la franquicia, 3º en robos y asistencias, 8º en rebotes y 6º en minutos jugados.

Y si hay otro nombre que ha marcado la historia de los Magic ha sido Nick Anderson (25). El escolta fue el primer jugador drafteado por los Magic y continúa liderando a la franquicia en partidos jugados, minutos disputados, puntos y robos, además de ser tercero en rebotes y quinto en asistencias y tapones. Disputó 10 temporadas en Orlando, incluyendo las finales del 95.

PHILADELPHIA 76ers
Números retirados: M. Malone (2), J. Erving (6), M. Cheeks (10), W. Chamberlain (13), H. Greer (15), B. Jones (24), B. Cunningham (32), C. Barkley (34)

Mirar al techo del pabellón de los Sixers es hacer un repaso por la historia de la NBA. Muchos de los mejores jugadores de la historia del baloncesto han jugado para esta franquicia. Sólo se echa de menos el nombre de Dolph Schayes (4), una de las grandes estrellas de la NBA de los 50 que disputó sus 15 temporadas NBA en la franquicia (14 en Syracuse, 1 en Philadelphia). En estos años fue 12 veces All-Star, formó parte en 13 ocasiones de alguno de los mejores quinteto de la temporada y fue el líder del primer anillo del equipo (1955). Además, es el tercer máximo anotador de la franquicia, máximo reboteador, 2º en partidos jugados y 3º en minutos. Su ausencia sólo se puede explicar por haber disputado un único año en Philadelphia.

Pero posiblemente el debe más importante para los Sixers sea el hecho de que Moses Malone no tenga su número oficialmente retirado. Aunque aparezca como tal, y ningún jugador pueda portarlo, el equipo nunca realizó una ceremonia oficial en la que el mítico "2" de los Sixers subiera a lo más alto del pabellón. Eso sería lo primero que deberían hacer.

PHOENIX SUNS
Números retirados: D. Van Arsdale (5), W. Davis (6), K. Johnson (7), D. Majerle (9), T. Chambers (24), A. Adams (33), C. Barkley (34), C. Hawkins (42), P. Westpahl (44)

Nada que objetar en este sentido a los Suns. Tal vez se podría echar en falta el 22 de Larry Nance, que disputó allí sus 6 primeras temporadas NBA y es líder de la franquicia en tapones, 4º en rebotes y 9º en puntos.

PORTLAND TRAIL BLAZERS
Números retirados: D. Twardzik (13), L. Hollins (14), L. Steele (15), M. Lucas (20), C. Drexler (22), T. Porter (30), B. Gross (30), B. Walton (32), Lloyd Neal (36), G. Petrie (45) y el 77 en honor a Jack Ramsay

A excepción de Drexler, Porter y Petrie, el resto de números pertenecen a jugadores que lograron el título del 77. Del resto de jugadores importantes en la historia de Blazers, destacaría a otros dos jugadores de la segunda etapa dorada de la franquicia, los finales de los 80 y principios de los 90 (2 Finales NBA). Uno de ellos sería Jerome Kersey (25), que jugó 11 temporadas en Portland y es el 4º máximo anotador, 2º en partidos jugados, 3º en robos y 4º en minutos. Otro sería Cliff Robinson (3), que jugó 8 temporadas, siendo All-Star en el 94 y mejor Sexto Hombre en el 93, además del 3º en la lista de anotadores y 4º en puntos y minutos.

Sería curioso, también, que el número 30 volviera a ser retirado por tercera vez para Rasheed Wallace. A pesar de su comportamiento, Sheed defendió durante 7 años y medio la camiseta de Blazers, llegando a ser 2 veces All-Star y estando entre los 10 primeros clasificados de la franquicia en puntos, rebotes, partidos, minutos, tapones y robos. No es descartable tampoco a Arvydas Sabonis (11), que jugó allí 7 temporadas.

SACRAMENTO KINGS
Números retirados: T. Archibald (1), M. Richmond (2), C. Webber (4), a la afición (6), B. Davies (11), M. Stokes (12), O. Robertson (14), V. Divac (21), J. Twyman (41), S. Lacey (44)

Los Kings recogen dorsales de todas las épocas de la franquicia. Destaca que no esté Jerry Lucas (16), que jugó en los entonces Royals durante 6 temporadas y media, donde fue All-Star en 6 ocasiones (MVP en la edición del 65), Rookie del Año, 5 veces miembro de alguno de los dos mejores quintetos de la temporada y es 7º en anotación, 2º en rebotes y 4º en minutos.

Habrá que ver cómo va gestionando según pasen los años el impacto para la franquicia de jugadores como Jason Williams (55) o Doug Christie (13), a la espera de que se retiren Stojakovic (16) y Bibby (10).

SAN ANTONIO SPURS
Números retirados: J. Moore (00), A. Johnson (6), J. Silas (13), S. Elliot (32), G. Gervin (44), D. Robinson (50)

Una franquicia cuyos mejores años son recientes y que a pesar de todo ha sabido valorar la aportación de jugadores como Moore o Silas. Sorprende aún así que, siguiendo esos criterios, no tenga su número retirado el recientemente fallecido Mike Mitchell (34). El alero formó pareja en el juego exterior con Moore y Gervin durante los 80, disputando 7 temporadas y media en las que promedió 20 puntos por partido. Hoy día es el 6 máximo anotador de la franquicia.

TORONTO RAPTORS
Sin números retirados

La reciente y poco (o nada) exitosa historia de los Raptors hace pensar que tardarán bastante en retirar algún número.

UTAH JAZZ
Números retirados: A. Dantley (4), P. Maravich (7), J. Stockton (12), J. Hornacek (14), K. Malone (32), D. Griffith (35), M. Eaton (53). Además, el 1 en honor a Frank Layden y el 9 en honor de Larry Miller.

Queda pendiente el homenaje a Jerry Sloan y casi descartado alguno a Deron Williams en el futuro. Utah es una de esas franquicias que han sabido elegir perfectamente los jugadores a los que honrar y sólo parece que Thurl Bailey (41), haya tenido un recorrido importante. Disputó 9 temporadas y media y es el 5º máximo anotador, taponeador y en partidos jugados y 6º en rebotes y minutos.

WASHINGTON WIZARDS
Números retirados: E. Monroe (10), E. Hayes (11), G. Johnson (25), W. Unseld (41)

Es doloroso ver que una franquicia que fue casi dominadora de la NBA durante la década de los 70, sólo tenga 4 dorsales retirados, más aún teniendo en cuenta que desde entonces no han vuelto a vivir éxitos similares. Por mi admiración y por ser una debilidad personal, creo que Phil Chenier (45) debería estar al menos entre esos cuatro nombres. El escolta jugó allí 8 temporadas y media con promedios cercanos a 20 puntos o incluso superiores varias temporadas. Disputó las finales del 75 (donde fue el mejor jugador de los Bullets) y 79 y fue miembro del equipo campeón del 78. Fue tres veces All-Star y fue parte del segundo mejor quinteto de la liga en el 75. Es el 6º máximo anotador de la franquicia, 9º en asistencias, 3º en robos, 9º en partidos y 6º en minutos.

Además, otros jugadores como Jeff Malone (24) o Bernard King (30) también podrían recibir su merecido homenaje.

13 de julio de 2011

Los números que faltarían por retirar en la NBA (II)

Alejandro Díaz Triguero
Continúo con el repaso a estas cuestionables injusticias cometidas por las franquicias NBA con la segunda parte de esta serie de artículos que tiene como objetivo, principalmente, ocupar el espacio que el Lockout NBA nos deja vacío y desempolvar algunos nombres de nuestra memoria, intentando alcanzar ver hasta qué punto fueron importantes en sus equipos.

INDIANA PACERS
Números retirados: George McGinnis, Reggie Miller, Mel Daniels, Roger Brown

Sorprende que, salvo Miller, el resto de jugadores pertenecieran a la etapa del equipo en la ABA (salvo los últimos años de McGinnis), cuando se consiguieron los únicos títulos de la franquicia. Hablar de los Pacers en su etapa NBA es hacerlo de los años 90, sin duda, desde la llegada a la NBA de Miller. Por lo tanto destaca que algunos jugadores importantes no aparezcan en esa lista, como por ejemplo, Rik Smits (45). El holandés, sin llegar nunca al nivel de lo que se esperaba en su etapa universitaria, disputó sus 12 temporadas en la NBA en la franquicia y actualmente es 2º en la lista histórica de Pacers en partidos, minutos, puntos, tapones y es tercero en rebotes, llegando al All-Star en 1998. Otro jugador de aquella etapa que llevó a los Pacers a una final NBA y otras cuatro finales de Conferencia destacable fue Dale Davis (32). Este guerrero de los tableros disputó 9 temporadas en el equipo, siendo el 2º máximo reboteador histórico y 5º en partidos y minutos.

Además, otros nombres podrían ser el de Mark Jackson (dorsal 13, 5 temporadas y media, 3º en asistencias) y sobretodo Vern Fleming (10), que jugó 11 temporadas en el equipo, aunque con un rol más secundario sus últimos años, pero que le dejan como el 3º en partidos, minutos jugados y robos, 2º en asistencias y 7º en puntos).

LOS ANGELES CLIPPERS
Sin números retirados.

Cómo habrá sido la historia de esta franquicia para considerar que en 40 años ningún jugador ha hecho méritos para ver su número retirado. A falta de concretar que intenten evitar la vergüenza de compartir techo con sus vecinos Lakers, sí que esta franquicia ha tenido algunos nombres importantes a lo largo de sus años. Posiblemente el nombre más conocido de la franquicia de su etapa en Buffalo (tras McAdoo) sea el de Randy Smith (9). El delgado escolta jugó 8 temporadas en la franquicia y vivió la salida de Buffalo a San Diego. Anduvo buena parte de este periodo por encima de los 20 puntos de media, lo que le sirvió para ser dos veces All-Star y acabar como líder histórico de la franquicia en puntos, partidos, minutos, asistencias y robos. Con él como escudero de McAdoo el equipo logró entrar tres años consecutivos en Playoffs (desde el 76 sólo han jugado postemporada 4 veces en total).

El propio McAdoo (11), que aunque sólo disputó 4 temporadas y media, es posiblemente el jugador más conocido. Jugó el All-Star Game en sus 4 temporadas completas allí, lideró la NBA en puntos 3 años y fue Rookie del Año, además de ser hoy día el 2º máximo anotador. Todo lo que suena a Buffalo parece que no se asocia con la franquicia desde su salida de la ciudad neoyorquina.

LOS ANGELES LAKERS
Números retirados: W. Chamberlain (13), E. Baylor (22), G. Goodrich (25), M. Johnson (32), Abdul-Jabbar (33), J. Worthy (42), J. West (44).

A falta de que se recupere el número 99 de George Mikan como retirado oficialmente por la franquicia, poco que añadir a los nombres presentes. Tal vez habría que pensar en ver reflejada la importancia de hombres como Michael Cooper (dorsal 21, 12 temporadas en el equipos, Mejor Defensor en el 88, 8 presencias consecutivas en alguno de los mejores quintetos defensivos, 6º en partidos jugados, 5º en robos y asistencias, 5 anillos), Byron Scott (dorsal 4, 11 temporadas en el equipo, 3 títulos, 8º en partidos, 9º en puntos, 4º en robos) o Jamal Wilkes (dorsal 52, 8 temporadas en el equipo, 2 veces All-Star, 2 campeonatos, 10º en puntos). 

Si se recuperara el 99 de Mikan, habría que considerar a otro jugador clave en la etapa en Minneapolis, Vern Mikkelsen (19), que jugó 10 temporadas en el equipo anotando más de 10.000 puntos y casi 6.000 rebotes y participando de los 4 títulos de los años 50, siendo All-Star en 6 ocasiones y parte del segundo mejor quinteto en 4.

MEMPHIS GRIZZLIES
Sin números retirados.

En su corta vida como franquicia, los nombres más destacables del equipo aún se encuentran en activo. Habrá que esperar para ver cómo se manejan en este sentido.

MIAMI HEAT
Números retirados: Tim Hardaway (10), Alonzo Mourning (33). Además, el 23 en honor a Michael Jordan.

Aquí quedan reflejadas sus dos mayores leyendas de los mejores años del equipo hasta la llegada de Wade en 2003, la segunda mitad de los 90. Podrían plantearse honrar a su primera gran estrella, Glen Rice (41), que jugó durante 6 temporadas allí, llevando al equipo a sus primeras apariciones en Playoffs y siendo actualmente el tercer máximo anotador de la franquicia, 3º en minutos y 5º en partidos jugados.

MILWAUKEE BUCKS
Números retirados: O. Robertson (1), J. Bridgeman (2), S. Moncrief (4), J. McGlocklin (14), B. Lanier (16), B. Winters (32), K. Abdul-Jabbar (33).

Poco o nada que objetar, sólo la no presencia en esa exclusiva lista de Bob Dandridge (10), miembro del equipo campeón en el 71, que jugó 9 temporadas allí y es 3º en partidos jugados, 1º en minutos, 5º en puntos y 2º en rebotes, llegando a ser 3 veces All-Star. Además, sería planteable retirar el dorsal 13 de Glenn Robinson, que jugó allí sus 8 primeros años en la NBA (7 por encima de 20 puntos de media), fue 2 veces All-Star y es el 2º máximo anotador de la historia de la Franquicia.

MINNESOTA TIMBERWOLVES
Números retirados: Malik Sealy (2).

Sólo el fallecido Sealy tiene su número retirado, y es que la historia de la franquicia es corta y sus mejores años aún resultan recientes. Sólo Sam Mitchell (42), que jugó en Minnesota 10 temporadas y es segundo en puntos, rebotes, robos, partidos y minutos, está por encima del resto.

NEW JERSEY NETS
Números retirados: D. Petrovic (3), W. Ladner (4), J. Williamson (23), B. Melchionni (25), J. Erving (32), B. Williams (52).

Dos fallecidos (Petrovic y Ladner), Williams y tres jugadores de su etapa en la ABA. Otra franquicia cuyos mejores años son aún recientes y que apenas tiene deudas en este sentido. Kerry Kittles (número 30, 7 temporadas y miembro del equipo dos veces subcampeón, 7º en puntos y partidos y 3º en robos) y Mike Gmiski (dorsal 42, 7 temporadas y media, 2º en partidos jugados y 4º en rebotes) podrían entrar en esa lista.

NEW ORLEANS HORNETS
Números retirados: Pete Maravich (7) y Bobby Phills (13).

Bobby Phills, que murió en accidente de coche es el único jugador del equipo, ya que Maravich nunca jugó en la franquicia, pero sí en la ciudad, en los New Orleans Jazz. En otra franquicia joven, pocos nombres han marcado como para poder ser retirado. Destaca Dell Curry (30), que jugó 10 temporadas en la franquicia y la lidera en partidos y puntos. Además, Muggsy Bogues (1), que jugó 9 temporadas y media y aún es líder de la franquicia en robos, asistencias y minutos y 2º en partidos. La franquicia debería premiar la trayectoria de un jugador que luchó contra la adversidad que le otorgaba su altura. 

Otros nombres más cuestionables serían David Wesley (dorsal 4, 7 temporadas y media, 4º en puntos, asistencias y partidos, 3º en robos y 2º en minutos) o Larry Johnson (dorsal 2, 5 temporadas, Novato del Año, 2 veces All-Star, 5º en puntos y 3º en rebotes, 21'3 puntos y 9'2 rebotes por partido).

NEW YORK KNICKS
Números retirados: W. Frazier (10), D. Barnett (12), E. Monroe (15), D. McGuire (15), W. Reed (19), D. DeBusschere (22), B. Bradley (24), P. Ewing (33).

Todos los héroes de los anillos de principios de los 70, más el Knick original (McGuire) y el último héroe reciente (Ewing). Aún así, les quedan algunos nombres importantes de la historia de una de las pocas franquicias fundadoras de la NBA. Carl Braun (4) jugó 12 temporadas en el equipo siendo compañero de McGuire, es el 4º jugador con más partidos en la franquicia y el 5º máximo anotador, siendo 5 veces All-Star. De la etapa más reciente, John Starks (3), que jugó durante 8 temporadas en el equipo, en las que se convirtió en un ídolo del Garden en la considerada 3ª etapa dorada de los Knicks. 

Además, Charles Oakley (34), que jugó durante 10 años y al igual que Starks era uno de los preferidos del Garden. Llegó a ser All-Star y es 3º en rebotes y 6º en partidos jugados con la franquicia. Durante 9 temporadas jugó Allan Houston (20), llevando al equipo a las finales del 99 y colocándose como el 4º máximo anotador de la franquicia.

11 de julio de 2011

Los números que faltarían por retirar en la NBA (I)

Alejandro Díaz Triguero
Comienza el verano y como es más que previsible que tengamos "lockout", os presento un repaso de qué franquicias aún deben hacer sus deberes para honrar a los grandes jugadores de su historia. Como sabréis, los equipos NBA suelen premiar la labor de jugadores, entrenadores o miembros destacados de la franquicia (periodistas, locutores) con la retirada de un "banner" (estandarte) conmemorativo. Con los jugadores se opta por la retirada de su dorsal, de forma que ningún otro jugador volverá a llevar ese número. Pero hay algunos equipos que no han premiado del todo a sus leyendas. Ahí va la primera parte:

ATLANTA HAWKS
Números retirados: Bob Pettit (9), Dominique Wilkins (21), Lou Hudson (23) y Jason Collier (30).

Atlanta hizo justicia con los tres jugadores más importantes de la historia de esta franquicia, además de con el fallecido Jason Collier. Sin embargo, es bastante deficitario en este aspecto, puesto que situar el listón a la altura de esas tres leyendas es hacer muy difícil el ver el número de otro jugador retirado. Por lo pronto, resulta difícil concebir a los St. Louis Hawks de los 50 (dos finales perdidas y un título en el 58) sin la presencia de Cliff Hagan. El alero era el segunda espada de Pettit en aquel equipo y acumula con la camiseta de los Hawks 5 presencias en el All-Star Game, dos veces incluído en el segundo mejor quinteto y es miembro del Salón de la Fama. Además, es el 4º en la lista de anotadores de la franquicia, 5º en partidos, 6º en minutos y 7º en rebotes, todo esto en 10 años al servicio de la franquicia. A punto de cumplir 80 años, su número 16 (el que utilizó la mayor parte de sus años allí), debería ser retirado.

Además de Hagan (el caso más claro), hay otros dos jugadores de la tercera etapa de esplendor de Hawks (mediados y finales de los 80) que podrían verse recompensados. Junto a Dominique brillaban en aquel equipo sus dos pívots, Kevin Willis y Tree Rollins. Willis en sus 9 años en el equipo llegó a ser All-Star y formar parte del tercer mejor quinteto de la NBA. Es líder en rebotes ofensivos y defensivos, 3º en la lista de totales, 4º en partidos disputados, 5º en minutos y 6º en puntos. Rollins disputó 11 temporadas como un Hawk, lidera a la franquicia en tapones, es 2º en partidos y rebotes defensivos, 3º en rebotes ofensivos y porcentaje de tiros, 5º en rebotes totales y 7º en minutos disputados. Sus números (42 y 30) también podrían subir al techo de su pabellón.

Por último, queda la duda de si otros jugadores como Pete Maravich, Dikembe Mutombo y sobretodo Doc Rivers (8 temporadas, All-Star, líder en asistencias y 3º en robos) también podrían verse homenajeados.

BOSTON CELTICS
Números Retirados: R. Parish (00), D. Johnson (3), B. Russell (6), J. White (10), B. Cousy (14), T. Heinsohn (15), S. Sanders (16), J. Havlicek (17), D. Cowens (18), D. Nelson (19), B. Sharman (21), E. Macauley (22), F. Ramsey (23), S. Jones (24), K.C. Jones (25), C. Maxwell (31), K. McHale (32), L. Bird (33), R. Lewis (35). Además, el 2 retirado a Red Auerbach como entrenador y el banner con el apodo de Jim Loscutoff, "Loscy", por petición propia del jugador de no retirar su número.

En una franquicia como los Celtics, cuya exitosa historia se ha escrito desde mediados de los 50 hasta ahora, era fácil caer en el error de no honrar a todos los jugadores. Sin embargo, sí que han sabido premiar a todas las generaciones de grandes jugadores, por lo que es difícil encontrar algún tipo de fallo. Tal vez sólo un debe, la no presencia en esa lista de Danny Ainge. El escolta mormón fue parte del quinteto titular de los Celtics campeones en 1984 y 1986 y disputó 8 temporadas en el equipo. Viendo que casi todos los jugadores de la década de los 50 y 60 tienen su número retirado, no estaría mal que el 44 de Ainge también lo fuera.

CHARLOTTE BOBCATS

Como franquicia desde 2005, aún no hay motivos para retirar el número a ningún jugador.

CHICAGO BULLS
Números retirados: Jerry Sloan (4), Bob Love (10), Michael jordan (23), Scottie Pippen (33). Además, las letras PJ en honor a Phil Jackson.

Para hablar de esta situación y los Bulls hay que distinguir dos etapas en la franquicia: antes de 1984 y después de 1984 (llegada de Jordan). Antes de 1984 los Bulls eran una franquicia que alternaba buenas actuaciones en Playoffs con desastrosas temporadas regulares. De esta época pertenecem Sloan y Love, pero destacaba otro jugador incluso por encima: Norm Van Lier. Fallecido en 1989, Van Lier disputó 6 temporadas y media con los Bulls, en las cuales siempre fue incluído en alguno de los mejores quinteto defensivos, fue tres veces All-Star y formó parte del segundo mejor quinteto NBA. Es 3º de la franquicia en robos y asistencias, 5º en minutos y 9º en aistencias. Aunque llevó el número 23 su primera media temporada, luego portó el número 2 las seis restantes. Aunque ya haya fallecido, merece el homenaje que no le dieron en vida los Bulls.

Habría también que plantearse hasta qué punto un equipo con 6 anillos sólo tiene a dos jugadores de aquella etapa con su número retirado. Sin llegar a alcanzar grandes logros, no estaría mal que el equipo se plantease alguna retirada de dorsales a jugadores como Ron Harper, Toni Kukoc, Dennis Rodman, Horace Grant, Bill Cartwright, John Paxson u otros que no formaron parte de aquellos equipos, como Artis Gilmore o Chet Walker.

CLEVELAND CAVALIERS
Números retirados: Bingo Smith (7), Larry Nance (22), Mark Price (25), Austin Carr (34), Nate Thurmond (42), Brad Daugherty (43)

Por mucho que sea uno de los grandes de la historia, destaca que Thurmond, que sólo jugó dos temporadas en los Cavs, tenga su número retirado. Por lo tanto, es difícil adiviniar el criterio que sigue una franquicia cuya etapa más gloriosa terminó el pasado verano con la salida de Lebron James. De los jugadores que más han aportado a la poco exitosa historia de esta franquicia, John Williams (Hot Rod) es quien presenta números susceptibles de merecer un homenaje. Disputó nueve temporadas en los Cavs, los que le sirvió para ser 2º en la lista histórica de Cavs en tapones y rebotes ofensivos, 3º en rebotes totales y minutos, 4º en rebotes defensivos y partidos, 6º en robos y 7º en minutos, formando parte del equipo que disputó el título de la conferencia Este a los Bulls en 1992. Llevó el número 18.

DALLAS MAVERICKS
Números retirados: Brad Davis (15) y Rolando Blackman (22)

Otra de las franquicias de corta vida y cuyos mejores años han sido recientes (o actuales). Descartando que le retiren el número a Toni Braxton por romper aquella triple J de mediados de los 90, hay dos jugadores cuya aportación a la franquicia está casi a la altura de Davis y Blackman. Uno de ellos es Derek Harper (dorsal 12), que lidera a la franquicia en asistencias y robos, es 3º en partidos disputados y minutos y 4º en puntos. En 11 temporadas y medias formó parte en dos ocasiones del segundo mejor quinteto defensivo de la NBA y fue el base titular de la primera etapa grande de la franquicia. El otro es Mark Aguirre (24), más conocido por sus años en Detroit y cuya salida no fue todo lo buena que se esperaba. Disputó siete temporadas y media que le sirvieron para ser el tercer máximo anotador de la historia de la franquicia, 6º en rebotes y minutos y 7º en partidos, siendo tres veces All-Star.

DENVER NUGGETS
Números retirados: Alex English (2), David Thompson (33), Byron Beck (40), Dan Issel (44)

Complicado encontrarle peros a las decisiones en este sentido de los Nuggets. Todos los grandes jugadores de su historia están ahí reflejados, aunque podríamos buscar alguna reivindicación con Fat Lever (dorsal 12): 6 temporadas, líder en robos, 2º en asistencias, 7º en puntos, 8º en rebotes, dos veces All-Star y miembro del segundo mejor quinteto en el 87 y del segundo mejor quinteto defensivo en 1988. Tal vez, por rizar el rizo, también entrarían Kiki Vandeweghe o Dikembe Mutombo.

DETROIT PISTONS
Números retirados: J. Dumars (4), D. Rodman (10), I. Thomas (11), V. Johnson (15), B. Lanier (16), D. Bing (21), B. Laimbeer (40), además del número 2 en honor a Chuck Daily.

Con la retirada del dorsal a Dennis Rodman se suplía la mayor injusticia en este sentido para los Pistons. De la etapa en Fort Wayne se echa de menos a George Yardley (dorsal 12), un pionero en los años 50 y que ayudó a disputar dos Finales a mediados de los 50. Fue 5 veces All-Star y formó parte del mejor quinteto de la NBA en 1958, año en que lideró la NBA en puntos. Ya fallecido, sería una buena idea para rememorar los primeros éxitos del equipo.

GOLDEN STATE WARRIORS
Números retirados: W. Chamberlain (13), T. Meschery (14), Al Attles (16), R. Barry (24), N. Thurmond (42).

Los Warriors, la única franquicia sobreviviente a la primera temporada NBA junto a Knicks y Celtics, divide su historia en 4 momentos: la primera etapa, representada por Chamberalin y Meschery; la de los 70, con Attles, Barry y Thurmond; el Run TMC de principios de los 90 y el "We Believe" de 2007. De esta última, por reciente y efímera, se descarta que algún jugador pase a la historia del equipo. Pero de aquel equipo entrenado por Don Nelson a principios de los 90, ningún jugador tiene su número retirado. Destaca Chris Mullin (17), líder de la franquicia en partidos jugados y robos, 2º en minutos y 4º en puntos y asistencias. Hardaway (10) es 2º en asistencias, 3º en robos y 10º en puntos. Richmond jugó menos temporadas y su impacto en la franquicia fue menor. Hardaway en 5 años y medio fue tres veces All-Star y formó parte del segundo y tercer mejor quinteto de la NBA. Mullin, que disputó 13 temproadas en el equipo, fue 5 veces All-Star y estuvo 4 veces en alguno de los mejores quintetos del año, siendo parte del mejor en 1992.

Más incompresible resulta que Paul Arizin (11) no tenga su número retirado. Otro de los grandes pioneros de la NBA en los 50, es el tercer máximo anotador de la franquicia y en minutos jugados, 4º en partidos y 5º máximo reboteador, fue 10 veces All-Star (MVP en 1952), campeón en el 56, lideró la NBA en puntos en el 52 y 57 y está considerado como uno de los 50 mejores jugadores de la historia y Hall of Fame desde 1978. También destaca que su compañero en aquel equipo campeón, Neil Johnston, no tenga su número 6 retirado tras 8 temporadas en el equipo, 6 veces All-Star y 4 veces en el mejor quinteto de la NBA.

HOUSTON ROCKETS
Números retirados: C. Drexler (22), C. Murphy (23), M. Malone (24), H. Olajuwon (34), R. Tomjanovich (45).

Podrían centrarse algo más en los anillos de los 90, con jugadores como Kenny Smith o Mario Elie, pero sobretodo no se entiende que Elvin Hayes no tenga su dorsal 44 retirado. En los Rockets, tanto en San Diego como en Houston, disputó 7 temporadas en dos etapas distintas. Se retiró como el 4º máximo anotador de la franquicia, 2º máximo reboteador, 5º en minutos y 7º en partidos. Fue cuatro veces All-Star como jugador del equipo, lideró la NBA en puntos en su año de novato y fue seleccionado como uno de los 50 mejores jugadores de la Historia y Hall of Fame, eso sí, mayormente por sus años como jugador de los Bullets.

PD: Sólo se nombran los números retirados a jugadores o entrenadores. En los días posteriores continuará la serie con dos episodios más.

PD2: Se agradecería cualquier sugerencia o crítica hacia los nombres expuestos o hacia alguno que no esté presente, así como si alguien sabe los motivos por los que no estén estos números retirados.

29 de junio de 2011

La selección canadiense del futuro

Alejandro Díaz Triguero
Toda las referencias al baloncesto canadiense atienden al nombre de Steve Nash. Con el base dos veces MVP retirado de la selección desde hace varios años, otros jugadores han ocupado el liderazgo del equipo canadiense en las últimas grandes citas. Destaca Carl English, el escolta de Joventut de Badalona durante la temporada pasada, que ejercía como anotador exterior en un equipo poco acostumbrado a los éxitos. Junto a él, los últimos años Canadá ha dado algunos nombres NBA, sobretodo en los puesto interiores, como Joel Anthony  y Jamal Magloire, además del haitiano Samuel Dalembert, críado desde adolescente en Canadá, o Andy Rautins (ex de Syracuse).

La NBA prepara la próxima temporada el desembarco de dos de los jugadores más representativos de la próxima camada de estrellas canadienses que, quién sabe, pueden vivir su particular etapa dorada similiar a la vivida por el baloncesto español.

El primero de ellos es Tristan Thompson, flamante número cuatro del último Draft y que, "lockout" mediante, jugará en los Cleveland Cavaliers. Thompson disputó la pasada temporada en la Universidad de Texas tras una gran etapa de instituto, que lo situó entre los mejores reclutamientos del año. Después de mostrar ser un gran reboteador y un buen intimidador, Thompson (13'1 puntos, 7'8 rebotes y 2'4 tapones con los Longhorns) decidió dar el salto a profesionales. Junto a él, su compañero en Texas también fue drafteado, Cory Joseph, este como número 29 por los San Antonio Spurs. Llamado a ser el base suplente de Tony Parker, Joseph promedió en Texas 10'4 puntos, 3 asistencias y 3'6 rebotes. Ambos jugadores son nacidos en 1991.

Existe otro grupo de jugadores prometedores que ya disputaron la pasada temporada en la NCAA en universidades de gran nivel. Uno de ellos es Kris Joseph (1988), que este año ha promediado 14'3 puntos y 5'2 rebotes con los Orange de Syracuse y que continúa una gran proyección que le lleva a ser uno de los jugadores a seguir el próximo año. Otra de las canteras del baloncesto canadiense en la NCAA es Gonzaga. En la Universidad de Spokane juegan dos canadienses: Kelly Olynyk y Robert Sacre. Olynyk (1991), que ya disputó el Mundial 2010 con Canadá, es un ala-pivot de 2'13 con muy buena mano, aunque aún le falta progresar en varios aspectos, como la defensa. Sus números (5'8 pts, 3'8 rebs y 44% en tiros de 3) prometen una explosión en su tercer año. Robert Sacre (1989) ha promediado 12'3 puntos y 6'3 rebotes como pívot titular los Bulldogs. Con 7 pies, Sacre es fuerte, con buena mano y que se espera sea la principal referencia ofensiva de Gonzaga el próximo año tras la salida de Aaron Gray.

Sacre (izq) y olynyk (dcha)
Otro de los nombres destacados del baloncesto canadiense que disputan la NCAA es Andrew Nicholson (1989), que viene de promediar 21 puntos y 7 rebotes en St. Bonaventure, formando parte del mejor quinteto de una conferencia prestigiosa como es la Atlantic 10. Otro jugador con una gran temporada en NCAA es Dwight Powell (1991), que en su primer año con Stanford ha llegado a formar parte del mejor quinteto de novatos de la Pacific 10 con 8 puntos y 5 rebotes de media, otro alero de 2'08, como Nicholson, aunque más interior.

Y lo mejor de todo les viene desde abajo. El próximo año tendremos en algunos de los mejores programas NCAA a varios jugadores canadienses con vitola de promesas. El que más promete de todos ellos es Mick Kabongo (1992), el base de origen africano, que jugará la próxima temporada en Texas. Muy rápido, de brazos largos y bastante envergadura, Kabongo llegará para sustituir a Joseph en el equipo. Es posiblemente el canadiense de mayor talento el próximo año. Otro que jugará en Texas es Kevin Thomas (1992), alero de 2'04 que, al igual que Kabongo, disputó esta primavera el Jordan Brand Classic. En esa cita también estuvieron las otras dos perlas canadienses, Kyle Wiltjer (1992, hijo del ex-jugador del Barcelona en los 80), un ala-pívot duro que jugará en Kentucky, y Khem Birch (1992), un alero alto, probablemente el de más proyección de todos, que ha firmado por Pittsburgh. Tanto Birch como Wiltjer y Kambongo también estuvieron en el McDonalds All-American. Kevin Pangos (1993), base, será freshman y compañero de Sacre y Olynyk en Gonzaga.

Y todo esto tiene un broche de lujo con Andrew Wiggins (1995), que estuvo presente en Jordan Brand y al que se le coloca como uno de los mejores jugadores en su promoción (2014). Podrá jugar tanto de escolta como alero y destaca por un físico privilegiado, a la espera de que, con sólo 16 años, mejore sus carencias. 

Desde el día 30 de Junio tendrá lugar en Letonia el Campeonato del Mundo Sub-19, donde sólo estará presente de toda esta lista Kevin Pangos y donde destaca el gigante (7'4'') Sim Bhullar. A la espera de la progresión de todos ellos y del compromiso que adquieran en el futuro, no es de extrañar que en un plazo de 5 años veamos a la selección canadiense luchar por lo máximo en las competiciones.

Para ponerse la piel de gallina

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