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29 de junio de 2011

La selección canadiense del futuro

Alejandro Díaz Triguero
Toda las referencias al baloncesto canadiense atienden al nombre de Steve Nash. Con el base dos veces MVP retirado de la selección desde hace varios años, otros jugadores han ocupado el liderazgo del equipo canadiense en las últimas grandes citas. Destaca Carl English, el escolta de Joventut de Badalona durante la temporada pasada, que ejercía como anotador exterior en un equipo poco acostumbrado a los éxitos. Junto a él, los últimos años Canadá ha dado algunos nombres NBA, sobretodo en los puesto interiores, como Joel Anthony  y Jamal Magloire, además del haitiano Samuel Dalembert, críado desde adolescente en Canadá, o Andy Rautins (ex de Syracuse).

La NBA prepara la próxima temporada el desembarco de dos de los jugadores más representativos de la próxima camada de estrellas canadienses que, quién sabe, pueden vivir su particular etapa dorada similiar a la vivida por el baloncesto español.

El primero de ellos es Tristan Thompson, flamante número cuatro del último Draft y que, "lockout" mediante, jugará en los Cleveland Cavaliers. Thompson disputó la pasada temporada en la Universidad de Texas tras una gran etapa de instituto, que lo situó entre los mejores reclutamientos del año. Después de mostrar ser un gran reboteador y un buen intimidador, Thompson (13'1 puntos, 7'8 rebotes y 2'4 tapones con los Longhorns) decidió dar el salto a profesionales. Junto a él, su compañero en Texas también fue drafteado, Cory Joseph, este como número 29 por los San Antonio Spurs. Llamado a ser el base suplente de Tony Parker, Joseph promedió en Texas 10'4 puntos, 3 asistencias y 3'6 rebotes. Ambos jugadores son nacidos en 1991.

Existe otro grupo de jugadores prometedores que ya disputaron la pasada temporada en la NCAA en universidades de gran nivel. Uno de ellos es Kris Joseph (1988), que este año ha promediado 14'3 puntos y 5'2 rebotes con los Orange de Syracuse y que continúa una gran proyección que le lleva a ser uno de los jugadores a seguir el próximo año. Otra de las canteras del baloncesto canadiense en la NCAA es Gonzaga. En la Universidad de Spokane juegan dos canadienses: Kelly Olynyk y Robert Sacre. Olynyk (1991), que ya disputó el Mundial 2010 con Canadá, es un ala-pivot de 2'13 con muy buena mano, aunque aún le falta progresar en varios aspectos, como la defensa. Sus números (5'8 pts, 3'8 rebs y 44% en tiros de 3) prometen una explosión en su tercer año. Robert Sacre (1989) ha promediado 12'3 puntos y 6'3 rebotes como pívot titular los Bulldogs. Con 7 pies, Sacre es fuerte, con buena mano y que se espera sea la principal referencia ofensiva de Gonzaga el próximo año tras la salida de Aaron Gray.

Sacre (izq) y olynyk (dcha)
Otro de los nombres destacados del baloncesto canadiense que disputan la NCAA es Andrew Nicholson (1989), que viene de promediar 21 puntos y 7 rebotes en St. Bonaventure, formando parte del mejor quinteto de una conferencia prestigiosa como es la Atlantic 10. Otro jugador con una gran temporada en NCAA es Dwight Powell (1991), que en su primer año con Stanford ha llegado a formar parte del mejor quinteto de novatos de la Pacific 10 con 8 puntos y 5 rebotes de media, otro alero de 2'08, como Nicholson, aunque más interior.

Y lo mejor de todo les viene desde abajo. El próximo año tendremos en algunos de los mejores programas NCAA a varios jugadores canadienses con vitola de promesas. El que más promete de todos ellos es Mick Kabongo (1992), el base de origen africano, que jugará la próxima temporada en Texas. Muy rápido, de brazos largos y bastante envergadura, Kabongo llegará para sustituir a Joseph en el equipo. Es posiblemente el canadiense de mayor talento el próximo año. Otro que jugará en Texas es Kevin Thomas (1992), alero de 2'04 que, al igual que Kabongo, disputó esta primavera el Jordan Brand Classic. En esa cita también estuvieron las otras dos perlas canadienses, Kyle Wiltjer (1992, hijo del ex-jugador del Barcelona en los 80), un ala-pívot duro que jugará en Kentucky, y Khem Birch (1992), un alero alto, probablemente el de más proyección de todos, que ha firmado por Pittsburgh. Tanto Birch como Wiltjer y Kambongo también estuvieron en el McDonalds All-American. Kevin Pangos (1993), base, será freshman y compañero de Sacre y Olynyk en Gonzaga.

Y todo esto tiene un broche de lujo con Andrew Wiggins (1995), que estuvo presente en Jordan Brand y al que se le coloca como uno de los mejores jugadores en su promoción (2014). Podrá jugar tanto de escolta como alero y destaca por un físico privilegiado, a la espera de que, con sólo 16 años, mejore sus carencias. 

Desde el día 30 de Junio tendrá lugar en Letonia el Campeonato del Mundo Sub-19, donde sólo estará presente de toda esta lista Kevin Pangos y donde destaca el gigante (7'4'') Sim Bhullar. A la espera de la progresión de todos ellos y del compromiso que adquieran en el futuro, no es de extrañar que en un plazo de 5 años veamos a la selección canadiense luchar por lo máximo en las competiciones.

24 de junio de 2011

Draft 2011: baile de movimientos y Rudy Fernández a Dallas

Alejandro Díaz Triguero

A la espera de que pueda haber temporada NBA o no, la noche del Draft resultó ajetreada en cuanto a movimiento de traspasos de elecciones del Draft. Además, se dieron lugar algunos traspasos con nombres importantes de la Liga, como el que ha llevado a Rudy Fernández a los campeones Mavericks. A continuación, un análisis de qué equipos ganan y quienes pierden:

GANAN

- Utah Jazz: con Kanter se hacen con un pívot con tamaño, buena capacidad de anotación y un gran potencial (18 años). Surge la duda de su físico tras un año sin jugar y de cómo se adaptará a la exigencias de NBA. Buena piedra sobre la reconstrucción. Con el 12 no pudieron hacerse con Fredette, pero con Alec Burks se llevan al mejor escolta de esta generación, una de las posiciones más necesitadas del equipo.

- Charlotte Bobcats: con la salida de Stephen Jackson y Shaun Livingston, estaba claro que irían a por un jugador como Kemba Walker, que pudiera alternar los puestos de base y escolta. Se llevan a uno de los mayores talentos de este Draft, del que todo el mundo duda si no le perjudicará su altura. Por otro lado, con Biyombo (el jugador por el cual realizaron el traspaso) adquieren potencial defensivo, un jugador llamado a taponar y defender y del que en ataque sólo puede mejorar.

- Washington Wizards: dos jugadores para ocupar los puestos de alero o ala-pívot como Vesely y Chris Singleton. El checo, muy limitado en el lanzamiento, es un portento físico, un jugador que les ayudará mucho en el rebote y la defensa y que puede ser letal jugando cerca del aro. Singleton era el mejor defensor disponible en el Draft y tiene más recursos ofensivos. Además, en el 34 consiguieron a Shelvin Mack, una de las estrellas de los dos últimos Torneos de NCAA, que les asegura un base suplente a John Wall.

- San Antonio Spurs: consiguieron los derechos de Kawhi Leonard y el letón Davis Bertans a cambio de George Hill. Con su elección consiguieron al suplente de Tony Parker, el canadiense de 19 años Cory Joseph. Leonard encaja en el sistema de Popovich a la perfección. Es un alero alto, reboteador, que puede anotar cerca del aro, lanzar de fuera, con buen manejo de balón... Además, adquieren a un tirador como Bertans para que madure en Europa.

- New Jersey Nets: en el intercambio de picks con Boston eligieron a MarShon Brooks, un escolta anotador de estilo parecido a Kobe Bryant que ya ha asombrado este año con un partido de 52 puntos. Les hacía falta un anotador y han adquirido a lo mejor que había disponibles. En un traspaso con Minnesota vía Miami adquieren los derechos de Bogdanovic, que jugará al menos dos temporadas en Europa. También eligen a Jordan Williams, un alero alto que ha brillado en Maryland, con buen lanzamiento y buen rebotador, que les puede venir muy bien para reforzar el banquillo.

PIERDEN

- Toronto Raptors: les hacía falta un pívot y fueron a por Valanciunas en el 5º puesto. El lituano, que pienso es un jugador de gran proyección y que puede acabar siendo muy importante, no jugará hasta 2013 en la NBA debido a su cláusula con su actual club, el Lietuvos Rytas. Su elección podría servir para sacar a Bargnani del puesto de pívot, pero para cuando llegue puede que ni el italiano siga en plantilla. 

- New York Knicks: no porque Iman Shumpert y Josh Harrelson no les sirva, si no porque existían mejores opciones. Si buscaban un defensor, Singleton lo podría hacer frente a aleros altos, mientras que Shumpert apenas pasa del 1'95. Harrelson, cuya elección la obtuvieron a cambio de un millón de dólares, es un fajador con buena mano y buen instinto reboteador, pero tal vez podrían haber optado por Keith Benson.

INCÓGNITAS

- Cleveland Cavaliers: con Kyrie Irving parecen haber acertado del todo y con Thompson, la gran sorpresa de la noche, se aseguran poder contar desde ya con él. La duda es ver si el canadiense podrá encajar en la plantilla actual o si tendrán que buscar una salida para gente como Hickson o Varejao. Siguen sin tener un 5 puro. Traspasaron los derechos de Justin Harper que podría haber sido titular incluso desde el primer día y consiguieron a Milan Macvan, el serbio, que parece estancado en su progresión y que supone una duda.

- Golden State Warriors: el equipo ahora de Mark Jackson parece dispuesto a no perder su seña de identidad. Con el 11 eligieron a Klay Thompson, uno de los mejores anotadores y tiradores del Draft (hijo del mítico Mychal Thompson) para formar un juego exterior letal con Curry y Ellis. Posteriormente se hicieron con Charles Jenkins, otro escolta anotador, por lo que se encuentran con exceso de jugadores en los puesto de escolta y alero y de similares características, trabajo difícil para un entrenador novato. Por último, consiguieron los derechos de Jeremy Tyler, que resulta una incógnita total pero que va encaminado también a un juego rápido.

Para terminar, apuntar que Rudy Fernández ha sido traspasado a los Dallas Mavericks en un traspaso a tres bandas entre Denver, Portland y Dallas. Los dos primeros realizan un intercambio de bases entre Andre Miller y Raymond Felton, Blazers recibe el pick 57 de Dallas, Denver el número 26 de Dallas y los Mavs se hacen con Rudy, que parece está pensado sea escolta titular y los derechos del finlandés Petteri Koponen. Otro "español" como Nikola Mirotic fue seleccionado en el puesto 23, posición que tras varios traspasos irá a parar a Chicago Bulls.

23 de junio de 2011

Previo NBA Draft 2011

Alejandro Díaz Triguero
La ceremonía del Draft de este año, a celebrar en la cancha de los New Jersey Nets, en Newark, viene marcada por la posibilidad de lockout que asola la NBA de cara a la próxima temporada. De esta manera, han sido muchos los jugadores que han decidido mantenerse una temporada más en NCAA antes de probar suerte en la NBA. Por lo tanto, ausencias destacadas de jugadores llamados a ocupar las zonas más altas, como John Henson o Harrison Barnes, Jared Sullinger o Perry Jones, entre otros. Bajo esta amenaza de un año sin temporada NBA cobran peso los jugadores europeos, los cuales aún están bajo contrato en vigor y podrían sin problemas disputar la próxima temporada en sus clubes actuales. A continuación, un análisis de cómo podría desarrollarse el Draft esta madrugada, analizando las posibles elecciones de cada equipo.

1.- Cleveland Cavaliers: los Cavs tienen clara su estrategia e irán a por un base y un hombre alto. Viendo las posibilidades en cada posición, parece más lógico apostar por en este número 1 por Kyrie Irving, el base de Duke. Irving, a pesar de su lesión, ha demostrado en poco más de un decena de partidos que tiene madurez suficiente para ser desde ya jugador NBA. Rápido, con buena dirección del juego, anotador, es la pieza clave para iniciar la reconstrucción en Ohio.

2.- Minnesota Timberwolves: David Kahn ya ha declarado que, a pesar de la llegada de Ricky, si Irving llega libre al número 2 lo seleccionarán. Como eso parece más improbable, Wolves juegan con 3 opciones: la primera coloca a Derrick Williams, a priori el rival de Irving, como su elección. Williams reforzaría las posiciones de 3 y 4 y daría profundidad de banquillo. La segunda posibilidad gana más fuerza con el paso de las horas y supondría la elección de Enes Kanter. El turco supliría una posición deficitaria en Minnesota como es la de pívot, con un jugador prácticamente desconocido del que sólo tenemos imágenes de un entrenamiento realizado con Tim Grover en Chicago. La tercera opción sería traspasar el número 2 o los derecho del jugador elegido a cambio de algún veterano y/o alguna elección más baja para los puestos de escolta.

3.- Utah Jazz: al igual que Cleveland, Utah buscará un base y un pívot para sus dos elecciones en puestos de lotería. Con el 3, sin contar con Irving, suena con fuerza dos opciones: Kanter y Brandon Knight. Los Jazz prefieren al turco por delante de Valanciunas y, en el caso de que saliera elegido antes, irían a por Knight para suplir el puesto de base. Knight complementaría a Devin Harris, bien como suplente o bien actuando de escolta los minutos que compartan en pista.

4.- Cleveland Cavaliers: elegido Irving como base en la primera elección, quedaría por cubrir el puesto de pívot. Kanter es difícil que llegara al 4, pero sería el elegido en el caso de caer. Si no, irían a por Jonas Valanciunas, el pívot lituano del Lietuvos Rytas. A pesar de que surgieron sus problemas contractuales (una cláusula de tres millones de euros), el jugador ha afirmado que eso no supondrá ningún problema. Con 19 años, tiene mucha proyección por delante, es ágil, rápido para su altura y con un buen lanzamiento de 4 ó 5 metros. Tardará en explotar.

5.- Toronto Raptors: comienzan a surgir las variables. Viendo cuáles serán las posibilidades anteriores, si Brandon Knight llega libre será su primera elección para reforzar la posición de base y buscar un posible traspaso de Calderón. En el caso de que sean los Jazz quiénes apuesten por el base de los Wildcats, Kanter iría a Cavs y Toronto seleccionaría a Valanciunas para poder sacar a Bargnani de la posición de 5. La progresión de Ed Davis podría abrir la puerta a otro base como Kemba Walker, que no supondría la salida de Calderón.

6.- Washington Wizards: con las posiciones interiores bien cubiertas y el puesto de base asegurado para muchos años, los Wizards posiblemente apuesten por el checo Jan Vesely. Alero alto, comparado en ocasiones con Kirilenko, Vesely les aportará defensa y rebote, mucho físico pero poca capacidad de juego exterior. Buen complemento para Rashard Lewis.

7.- Sacramento Kings: otro equipo con varias dudas. Suenan mucho Kemba Walker y Jimmer Fredette, dos bases que reforzarían una de las posiciones más débiles de la plantilla. El problema es que ninguno ha demostrado ser un base puro y podrían solaparse con Tyreke Evans y Marcus Thornton. Fredette gustó mucho en los workouts y encajaría con el juego rápido y ofensivo de Sacramento. Si se desestima esta opción, apostarán por Kawhi Leonard, un alero alto con buen manejo de balón, buen reboteador y buen defensor, tal vez más limitado en el lanzamiento. Aportaría el rol de alero polivalente que no cumple del todo Casspi o Green.

8.- Detroit Pistons: si llegara libre a este puesto, la elección podría ser Leonard, pero con la esperada vuelta de Jerebko podría no ser tan necesario. Parece que Detroit es de los pocos equipos que mantienen la fe en Biyombo, donde tendría el mejor profesor posible en Ben Wallace. El congoleño vendría a reforzar el juego interior y complementarse con Greg Monroe, liberándole de peso defensivo. Si Biyombo termina sin convencerles, podrían ir a por Tristan Thompson. El canadiense es un gran reboteador, con muchos más recursos ofensivos que Biyombo, más cercano a lo que es Monroe. Con el ex de Georgetown formarían una enorme pareja 4-5 de futuro.

9.- Charlotte Bobcats: otro equipo necesitado de todo. Entran en la baraja muchos nombres: Walker, Leonard, Thompson, Alec Burks, Chris Singleton o Marcus Morris. Este último podría tener muchas opciones, por suponer el mejor ejemplo de jugador interior madurado y que aporta desde el primer día en todo. Alec Burks lleva sonando mucho tiempo, aunque perdió peso en los workouts. Les vendría bien un jugador de su perfil, escolta anotador y con buena capacidad física.

10.- Milwaukee Bucks: no elegirán ni un base ni un pívot. Descartados por tanto este grupo, parece que podrían decantarse por un 4 más defensivo o un exterior que pueda anotar. Pueden ir a por Biyombo o bien Burks o Klay Thompson, el escolta de Washington State. Thompson es un anotador puro, una pequeña versión de Reggie Miller que sería letal con espacios, acostumbrado a buscarse sus propios tiros. Aunque físicamente no es un portento, es rápido y habilidoso en la penetración.

11.- Golden State Warriors: el espíritu del equipo de Oakland llama a la elección de K. Thompson o Burks. Lo cierto es que estos dos podrían ocupar la posición de alero y estaríamos ante una nueva versión del Run TMC de principios de los 90. Si es así, bienvenido sea, aunque si quieren reforzar una plantilla en crecimiento les vendría mejor cualquier interior que quedara libre a estas alturas con capacidad de anotar: Morris o T. Thompson.

12.- Utah Jazz: con la elección de Kanter en tercera posición, los Jazz irán a por un exterior. Suenan dos nombres sobre el resto: Walker y Fredette. El mormón es un sueño para la grada y resultaría un reclamo para el público, además de un producto de la tierra. Walker encaja menos en la personalidad de la franquicia, pero supondría la mejor opción tras Fredette. Si ambos salen elegidos antes, Thompson o Burks. Si Jazz eligen a Knight en el tres, aunque Fredette esté libre irán a por un interior. Entonces entrarían los nombres de Markieff Morris (hermano de Marcus) o Chris Singleton, dos jugadores más defensivos.

13.- Phoenix Suns: otro equipo falto de varias piezas. En el juego interior necesitan algo más de talento, por lo que Markieff Morris sería una buena elección. Podría llegar alguna opción por Tristan Thompson, pero si tuvieran la opción de elegir a Fredette irán a por él, además de Kemba Walker. Otro equipo en la órbita de Chris Singleton, que está en un abanico amplio entre el 10 y el 18.

14.- Houston Rockets: llegados aquí y con la calidad de este Draft, pocos nombres quedan de la élite. Prácticamente todo lo que haya llegado de los nombres anteriores les valdría a los Rockets. Algún pívot, bien algún hermano Morris o bien Nikola Vucevic, reforzaría la más que probable baja de Yao. Podría subir la opción de Montejunas, una de las decepciones de los workouts.

Los outsiders: habrá que estar atentos a dónde salgan los nombres de Josh Selby, Kyle Singler, Marshon Brooks, Tobias Harris, Cory Joseph, Chandler Parsons o Travis Leslie, posibles robos. También hay que destacar la presencia de Nikola Mirotic y Xavi Rabaseda, que podrían convertirse en el  15º y 16º jugadores españoles seleccionados en el Draft.

22 de junio de 2011

Historias del Draft (II). Jimmer Fredette, el chico que quiso ser como Stockton

Alejandro Díaz Triguero
La afirmación del título de este artículo es cuanto menos peligrosa si hablamos de un jugador en edad universitaria. Hablar en pasado de la voluntad de un jugador NCAA sin embargo no lo es: muchos quisieron ser como Michael Jordan, muchísimos como Magic, muchísimos jugadores quisieron ganar el título nacional y otros tantos ser el número 1 del próximo Draft. Lo cierto es que sólo unos elegidos al año consiguen los dos últimos retos nombrados y desgraciadamente ninguno consigue los dos primeros. Pero hay un jugador en la NCAA que en etapa de instituto quería ser como John Stockton. Que hoy día, ante el avance incipiente del músculo y la medición del talento de forma paralela a la de los saltos verticales, que un jugador aspire a ser como el mítico base de los Jazz es un honor para el baloncesto. Pero en este caso, este jugador tampoco lo logrará.

La universidad de Brigham Young es conocida por tener el mayor porcentaje de alumnos mormones del país (en torno al 98%). No en vano, esta Universidad fue fundada por el entonces presidente de esta iglesia, Brigham Young, en Provo, una ciudad del sur del Estado de Utah. Hasta ahí fue a parar Jimmer Fredette desde Glen Falls, un pequeño pueblo del norte del estado de Nueva York más cercano a Canadá que a la Gran Manzana. A la universidad donde jugaran Danny Ainge, Steve Trumbo o Shawn Bradley, aterrizó este escolta camuflado en el cuerpo de un base que admiraba a John Stockton. Para hablar del fracaso de Fredette en sus aspiraciones de emular al genio de Spokane hay que hacer referencia a su juego.

Fredette ocupa la posición de base por un aspecto puramente formal. La evolución en su juego desde su año freshman le hace situarse a mitad de camino entre el base director y el letal anotador. En el instituto presentó en su año senior 12 partidos por encima de los 30 puntos y alcanzando los 47 en otro. Sin dejar de ser despreciable sus cifras, no deben ser tomadas demasiado en cuenta visto que no actuaba en un gran instituto. Despreció ofertas de programas más importantes como Utah, Wake Forest, West Virgina o la vecina Syracuse y acudió a la llamada de la universidad mormona.

Lo único en lo que Stockton y Fredette tenían en común antes de entrar en la Universidad era la herencia deportiva de su familia. Al igual que John, cuyo abuelo fue un enorme jugador de fútbol americano, el padre de Jimmer también destacó en fútbol y baloncesto. No en vano, tanto el que fuera base de Gonzaga como Fredette también fueron reclutados en los equipos de fútbol, en Penn State en el caso de Jimmer. Esto explica que, a pesar de su altura, posee un físico espectacular, fuerte y poderoso en el salto, que le hace ser casi letal no sólo en el tiro, si no también en la penetración. Pero se decidió por el baloncesto a pesar de que por su capacidad física podría haber destacado en el deporte de las 100 yardas. Y por supuesto, por una cuestión de fe, su elección sería Brigham Young.

El menor de tres hermanos de una familia de deportistas suele ser quién más atención se lleve, la última esperanza del apellido Fredette para hacerse un hueco en el mundo de la élite deportiva. Con tan sólo 8 años su padre le llevaba a la prisión más cercana para que jugara con los reclusos. Según Jimmer, esta experiencia le hizo curtirse y le hizo más competitivo  Mientras, seguía entrenando con su hermano, que viendo que a esa edad era muy superior a los chicos de su edad jugando al baloncesto, se centró en entrenar su físico, convirtiéndole en una gran corredor de velocidad.

La temporada pasada, durante el Torneo Final, se convirtió en el heredero natural de Stephen Curry para aquellos que aman el juego ofensivo representado por quién menos te lo esperas. Su actuación en primera ronda ante Florida, donde se fue hasta los 37 puntos en la victoria ante los Gators, dejaba al descubierto un jugador de esos a los que ansías ver y buscar por donde sea algún resumen o partido completo. Su progresión en cuanto a números es abismal. Ha pasado de sus 7 puntos en su primera temporada a los 16 del año sophomore, 22 como junior y finalmente 29 este año. Ya el año pasado anotó por encima de 30 puntos en ocho ocasiones y esta temporada ha terminado de explotar su faceta anotadora: 47 puntos ante Utah y 42 ante Colorado State, lanzando por encima del 40% en triples y del 90% en tiros libres.

El chico que soñaba con ser John Stockton parece que ha cambiado de tercio y apunta a otras metas. Ha acabado la temporada como el máximo anotador nacional y elegido unánimemente como el mejor jugador del año. Ha pesar de que no pudo llevar a los Cougars más allá de la tercera ronda, la temporada le terminó por colocar en la estela de las franquicias mejor posicionadas en el Draft. Lo que en un principio parecía que podría ser una elección media de primera ronda ha ido subiendo hasta situarle con opciones de entrar en el Top 10. Ha impresionado en los workouts realizados en Sacramento o Utah, donde lo esperan como agua de Mayo y como un enganche para el público mormón. Junto a su amigo Kemba Walker, con quien compartió concentración con la selección estadounidense el pasado verano, ha sido la gran atracción de la temporada NCAA y una de las grandes dudas en este Draft.

Pero Jimmer es consciente de que para situarse como una estrella de la Liga debe volver a sus orígenes. Esta temporada ha promediado más de 4 asistencias por partido, en un equipo en el que aglutina el 30% de los lanzamientos. Él insiste en que puede ser algo más que un escolta anotador, que puede llegar a ser un gran base de la NBA. Al fin y al cabo, su modelo como jugador es el mejor pasador de la historia de la NBA.

PD: Con este se completa la serie de tres "Historias del Draft". Los próximos post serán una previa y un análisis de la ceremonia.

21 de junio de 2011

Historias del Draft (II). Los horribles inicios de los Jazz

Alejandro Díaz Triguero
Posiblemente, si existe una franquicia fiable hoy día a la hora de seleccionar en el Draft, esa es Utah Jazz. La franquicia viene acertando con elecciones tradicionalmente bajas desde mediados de los 80, obteniendo en puestos fuera de Lotería a jugadores como John Stockton, Karl Malone, Andrei Kirilenko, Paul Millsap, Roney Brewer, etc. Además, las pocas opciones de elegir en posiciones altas se saldaron con buenos resultados (Deron Williams), lo cual ha llevado a que esta franquicia de un pequeño mercado como es Salt Lake City haya logrado mantener la competitividad ante la negativa de muchos jugadores a jugar allí. Pero no siempre fue así.

Habría que remontarse a los inicios de la franqucia en la NBA. Recién aterrizados, los nuevos New Orleans Jazz tuvieron claro que su primera gran estrella debía ser aquel jugador que hizo las delicias de los aficionados a nivel NCAA, Pete Maravich, una leyenda en Lousiana State. Para atraer al mágico jugador desde Atlanta, los Jazz decidieron enviar a Bob Kauffman y Dean Meminger, ambos llegados en el Draft de expansión ese mismo día. Ni Kauffman, que había disputado alguna buena temporada en los Braves, ni Meminger, un marginal de los Knicks campeones en el 73, podían igualarse al talento que supondría la llegada de “Pistol Pete”. Pero la cara oculta de este traspaso fueron las elecciones en el Draft que New Orleans mandó a los Hawks.

Para cuadrar el traspaso se envió la primera elección del Draft que tendrían los Jazz unos meses más tarde. La posición que le tocó a Atlanta fue un número 10 que gastaron en Mike Sojourner, pero por detrás suya aún quedaban por ser elegidos Jamal Wilkes y Maurice Lucas. Otra de las elecciones traspasadas fue el número 1 de 1975, con el que Atlanta seleccionó a David Thompson, a pesar de que el jugador desde el primer momento se decidió por Denver Nuggets, tanto en ABA como en NBA. En ese mismo Draft, New Orleans había traspasado a los Hawks su elección de segunda ronda, con la que Atlanta eligió a Bill Willooughby, un jugador desconocido, pero por detrás suya aún quedaban por salir Gus Johnson y World B. Free. Por último, además de una tercera ronda de 1980, Jazz dejaba a los Hawks una segunda ronda de 1976, elección que posteriormente los Hawks traspasaron a Milwaukee y que serviría a los Bucks para elegir a Alex English. Demasiados nombres ilustres a cambio de un jugador que nunca consiguió meter al equipo en Playoffs, a pesar del impacto que tuvo en la grada.

Pero si hay un movimiento que cambió la historia de la franquicia y posiblemente de la NBA, fue la contratación de Gail Goodrich. El mítico base de UCLA se encontraba en la cuesta final de su carrera, en su segunda etapa con Lakers, cuando en 1976 se convirtió en Agente Libre. Los Jazz decidieron firmarle un contrato por 3 años a un hombre que por entonces contaba con 33 años. En aquel momento, las reglas de la NBA compensaban al antiguo equipo de un jugador veterano con elecciones en el Draft del equipo receptor, en este caso los Jazz. Estas selecciones del Draft incluían la primera ronda del 77, que acabó siendo un número 6 que los Lakers emplearon en Kenny Carr. Justo por detrás, en el número 7, los Nets elegían a Bernard King, los Sonics con el 8 a John Sikma y con el 12 los Celtics a Cedric Maxwell. La siguiente ronda entregada sería la primera del 78, que acabó siendo un número 8 que posteriormente Lakers traspasó a Celtics. Con esta elección Boston eligió a Freeman Williams, que disputó buenas temporadas en Clippers, aunque en ese momento aún estaban disponibles Reggie Theus (2 veces All-Star) o Mike Mitchell (1 vez All-Star, 19’8 puntos de media en su carrera). Además, se incluía una segunda ronda del 80.

Pero sin duda, la elección que pasará la historia será esa primera ronda del Draft entregada en 1979. Los Jazz acumulaban tres temporadas en que ni Goodrich ni Maravich, por problemas físicos, podían hacer cambiar el rumbo de una franquicia acostumbrada a las derrotas y que tuvo su momento culminante en la 78-79, en la que obtuvo el peor récord de la Liga (26-56). Chicago había sido el peor equipo del Este y por aquel entonces, hasta la introducción de la Lotería del Draf en 1985, qué equipo elegía en primera posición se sorteaba con el lanzamiento de una moneda. El lado ganador de la moneda otorgó que el número 1 del Draft del 79 sería, como consecuencia de la contratación de Goodrich, para Los Angeles Lakers, que se decidirían por el base que había guiado a Michigan State al título nacional, Earvin “Magic” Johnson. Como compensación, además de Goodrich, los Jazz recibieron una segunda ronda del 77 de Lakers (que gastaron en Essie Hollins, con James Edwards o Eddie Johnson aún elegibles) y la primera ronda del 78, que acabaría siendo traspasado a Hawks por Joe Meriweather. Vaya siguiendo los nombres en negrita.

Otra de las historias más rocambolescas de los inicios de los Jazz tuvo como protagonista a otro de los más grandes de todos los tiempos, Moses Malone. Años antes de que Utah juntara a dos Malone, (Karl y Jeff), el más grande embajador de ese apellido estuvo a punto de ser jugador de los Jazz. En 1975, ante la cada vez más acusada crisis económica en la ABA, la NBA decidió organizar un Draft Suplementario, en Diciembre, donde resultarían elegidos aquellos jugadores que jugaban en la ABA y que no habían sido elegidos en el Draft de la NBA por estar aún clasificados como “underclassmen”, es decir, que aún no habrían cubierto el ciclo universitario, requisito imprescindible para ser drafteado. Eran 5 los jugadores en esa lista, entre los cuales destacaba Moses Malone, que había dado el salto directamente desde el instituto a profesionales firmando por los Utah Stars en 1974 y vendido a los St. Louis Spirits con la desaparición de los primeros. New Orleans, que había registrado el peor récord de la NBA en su año de debut, tuvo el privilegio de obtener el número 1, con el que seleccionaría a Malone. Sin embargo, el requisito era deshacerse de su primera ronda en el Draft ordinario de 1976. Los Jazz había traspasado esa elección a Phoenix Suns en el traspaso de Near Walk y posteriormente la franquicia de Arizona traspasó esta elección a Buffalo, que acabó seleccionando a Adrian Dantley. Por suerte, el jugador acabó años después en los Jazz para convertirse en su primera gran estrella, aunque su llegada en 1976 habría cambiado la historia. Por lo tanto, sin elección de 1976, los Jazz perdían la de 1977.

Cuando en Junio de 1976 la fusión ABA-NBA iba a producirse, la franquicia se dispuso rápidamente a cerrar la contratación de Moses Malone. Sin embargo, por diferencias económicas con el jugador: “un jugador muy caro y una franquicia muy pobre”, como afirmaba el entonces General Manager de Jazz Sheldon Beychok. Una vez llegada la fusión de las dos ligas profesionales de baloncesto y sin haber llegado Malone a un acuerdo con los Jazz, la NBA decidió realizar un Draft con los jugadores de los dos equipos de la ABA que sobrevivían y que no se unirían a la NBA, Kentucky Colonels y St. Louis Stars, donde jugaba Malone. Como compensación la franquicia recibiría la posibilidad de elegir en el Draft del 77, que meses después perderían en el ya comentado fichaje de Goodrich.

La última gran decepción de los Jazz antes de enderezar el rumbo tuvo lugar en 1982. En esta ocasión, el equipo disponía de la tercera elección en una ceremonia que se esperaba estuviera copada en sus 3 primeras elecciones por James Worthy, Terry Cummings y Dominique Wilkins. Los Lakers habían conseguido años antes la elección de Cleveland y elegía en primera posición y se hicieron con la estrella de North Carolina; San Diego se decidió por Cummings y Utah por Wilkins, que venía de promediar más de 21 puntos y 7 rebotes con Georgia. Wilkins se negó desde el primer día a jugar para los Jazz, por lo que pasado el verano fueron numerosos los equipos que se pusieron en contacto con Utah para un traspaso: los propios Clippers, que ofrecían a Tom Chambers y Sixers, a pesar de que preferían a Cummings. Wilkins seguía negociando por los Jazz y el jugador exigía un contrato de 600.000 dólares por una sola temporada, precio altísimo que Utah no podía ni quería pagar, menos aún por una única temporada. Así que, en septiembre del 82, los Jazz mandaban los derechos de Wilkins a los Hawks, el equipo de la ciudad donde había brillado en la Universidad, a cambio de John Drew (un jugador veterano de más de 20 puntos por partido y varias veces All-Star) y Freeman Williams (que ya había formado parte del traspaso de Pete Maravich). Junto a esto, se habló de una "considerable suma de dinero", que se rumoreaba podía llegar al millón de dólares, más necesarios aún en una franquicia al borde de la bancarrota. Se esfumaba la opción de ver a Wilkins y Dantley juntos.

En tercera ronda de ese mismo Draft los Jazz pescarían a Mark Eaton en tercera ronda y poco a poco enderezarían el rumbo con la llegada dos y tres años después de Stockton y Karl Malone.


PD: la primera entrega de la serie de "Historias del Draft", podéis leerla aquí. 

20 de junio de 2011

Historias del Draft (I). Las lágrimas de Rashard Lewis

Alejandro Díaz Triguero
En 1998 el salto a profesionales directamente desde el instituto era una acción que aún no se encontraba en el auge que viviría el primer lustro del siglo XXI. En ese año, durante la ceremonia del Draft celebrada en el General Motors Place de Vancouver (Canadá), un joven recién salido del instituto esperaba ansioso a que su nombre sonara entre los mejores jugadores. Ese chaval con cara de niño era Rashard Lewis.



Lewis era junto a Al Harrington los únicos jugadores en edad de instituto que se preveía alcanzaran la NBA ese año por la vía del Draft. Rashard había crecido en el área metropolitana de Houston tras mudarse con su familia desde Pineville, un pequeño pueblo cercano a Batoun Rouge, en las tierras inundadas por el río Red, el Mississippi y el Ouachita. En la ciudad de la NASA, el joven Rashard y su hermana gemela Kristen crecieron idolatrando a Sam Cassell, Hakeem Olajuwon, Robert Horry, Clyde Drexler o Charles Barkley, en los años dorados del retiro en forma de tregua de Michael Jordan.

Emulando a sus ídolos, Rashard y Kristen jugaban al baloncesto en el Alief Elsik High School, a las afueras de Houston, donde llegó a coincidir con Beyoncé Knowles, un par de años más joven. En su última temporada en el equipo, el alero de 2’08 había destacado con promedios de 28’2 puntos, 12’4 rebotes, 5 tapones y más de 4 robos, siendo elegido como All-American junto a los mejores jugadores de instituto de ese año, que incluían a Al Harrington, Stromile Swift, Quentin Richardson o Tayshaun Prince, entre otros. Todos los ojeadores de numerosas universidades habían intentado reclutarlo, pero lo que más le interesaba a Rashard era la presencia de los ojeadores NBA, que no quitaban el ojo de encima a ese alero con altura de pívot y tiro de escolta.


Así que el chaval decidió dar el salto directamente a la NBA, sin pasar por ninguna Universidad. En los entrenamientos privados disputados las fechas antes del Draft, Lewis había convencido a todos los equipos que le habían convocado. Fue tal el impacto que produjo en los General Managers, que la NBA decidió otorgarle una invitación a la Green Room (Zona VIP) del General Motors Place, la por entonces cancha de los Grizzlies. Llegado a la ceremonia, David Stern reunió a los jugadores invitados a la zona más elitista del aquel día y se hicieron la foto de rigor: Lewis posaba sonriente, impecable traje beige, camisa blanca y corbata de dudoso gusto, junto al resto de invitados: Olowokandi, Bibby, LaFrentz, Pierce, Nowitzki, Traylor, Jason Williams.

La esperanza de Rashard Lewis pasaba por el equipo de su ciudad, Houston Rockets, que además de su elección en el puesto 14, poseían otras dos más en los puestos 16 y 18, obtenidas de los Raptors gracias al traspaso del veterano Kevin Willis. Lewis, que esperaba salir elegido en los puestos de Lotería, tenía el convencimiento de que el equipo de su ciudad apostaría por él. Tras la elección de Keon Clark por los Magic, David Stern subía al estrado a anunciar quién sería el primer jugador seleccionado por los Rockets. El nombre que se oyó en la sala fue el de Michael Dickerson, el talentoso escolta de los Wildcats de Arizona. La Green Room cada vez estaba más vacía, pero tras oírse el nombre de Matt Harpring, volvía a ser el turno de los Rockets y, una vez más, sonaba un nombre distinto: Bryce Drew, el combo guard de Valparaiso. A Lewis le quedaba una única opción, el número 18, con el que los Rockets decidirían elegir a Mirsad Turkcan, el pívot turco de origen serbio, por aquel entonces en Efes Pilsen. A partir de ahí, las elecciones pasaban y Rashard seguía allí sentado, junto a su familia y su representante. En un momento de la ceremonía, Rashard se levantó y corrió fuera de la sala.

Llegó a los baños del pabellón y en aquel momento de soledad, aquel jugador de baloncesto con cara de niño rompió a llorar. Sabía que en el gimnasio de su instituto habían colocado una pantalla gigante para ver a su compañero ingresar en la élite del baloncesto mundial por la puerta grande. El único rastro de su amigo eran las constantes imágenes que empleaba la TNT en recordar que, alcanzado ya el final de la Primera Ronda, su nombre aún no había sonado. El momento que el chaval había soñado llegó con la tercera elección de la Segunda Ronda, cuando los Seattle SuperSonics apostaron por él. Al sonar su nombre, todo el público rompió a aplaudir. Se puso en pie y comenzó a abrazar a su madre, sus hermanos, su agente y a todo el que se le acercaba. Con los ojos llenos de lágrimas, se colocó de la mejor manera posible la gorra verde de su nuevo equipo y subió al estrado. A aparecer en escena, los aplausos del público se convirtieron en una ovación casi a la altura de la registrada por Mike Bibby más de una hora antes, mientras no paraba de secarse las lágrimas. Dio la mano al directivo de los Grizzlies encargado de recitar las elecciones en la segunda ronda y se retira, en este caso a la entrevista de rigor con Craig Sager, junto a su madre, en los que afirmaba, entre sollozos y la voz entrecortada, que jugar en la NBA era un sueño, fuera donde fuera.

A los jugadores elegidos por la franquicia pareció caerles una maldición desde aquel día. Michael Dickerson, tras salir traspasado, comenzó una etapa brillante en Vancouver que finalizó drásticamente después de numerosas lesiones de rodilla, jugando 10 partidos en sus dos años con el equipo en Memphis y retirándose en 2003 a los 27 años. Bryce Drew pasó sin pena ni gloria en los dos años con los Rockets en una de las peores parejas de bases que se recuerdan en la NBA junto a Brent Price. Abandonó la NBA en 2004 tras pasar por Bulls y Hornets, retirándose del baloncesto en activo en el Pamesa Valencia, a los 30 años. Turkcan ni siquiera llegó a jugar con los Rockets, siendo traspasados sus derechos a los Sixers y de ahí a los Knicks, con los que jugó 7 partidos antes de ser de nuevo traspasado, esta vez a los Bucks, donde disputó 10 encuentros. Un total de 90 minutos, antes de regresar a Europa y gozar de una carrera lejos de la élite europea.

Rashard Lewis nunca olvida aquel día. 13 años después aún sigue acordándose de cómo su nombre era olvidado, cómo otros jugadores aparecían antes que él ante los televisores de medio mundo, cómo el equipo donde siempre soñó jugar pasaba literalmente de él. Lewis firmó un contrato no garantizado por poco más de 250.000 dólares. Hoy día, 13 temporadas después, 2 All-Stars de por medio y unas Finales jugadas, aquel chico que comenzó su andadura en la NBA llorando en el baño cobra más de 20 millones de dólares y ha tenido una carrera NBA más que digna.



PD: esta serie de Post de "Historias del Draft" también se publicarán en la web NBAmaniacs.

16 de junio de 2011

Tercer Aniversario del Blog

Alejandro Díaz Triguero
Los 16 de Junio se cumplen años desde la creación de este blog, que nació como forma de dar rienda suelta a mi interés por hablar de baloncesto y de los temas que yo quisiera, todo esto desde el punto de vista que yo mismo me planteara. ¿No es para eso para lo que sirve un blog?

Durante el camino recorrido hasta ahora, grandes momentos compartidos a través de las palabras: Eurobasket de Polonia, los anillos de Pau Gasol, las Finales de Butler... También otros no tan buenos, como la muerte de Andrés Montes. Espacio que ha sido dedicado a la ACB y su crisis, algo de lo que hablé allá por el mes de Octubre; mucha NBA, tanto artículos históricos como de actualidad, de Lakers, de Utah Jazz, de Miami Heat; también NCAA, con seguimiento constante del Torneo Final, esa "Locura de Marzo" tan especial; también, seguimiento por el Draft, del cual comenzaré a publicar varios post a partir del Lunes; incluso artículos relacionados con historias humanas. Creo que este blog puede presumir de abarcar un gran abanico de temas y tratarlos desde varios prismas distintos, como la crónica, la opinión, el reportaje...

Lo más importante para que un blog sobreviva es la gente que lo lee, lo comenta, lo valora y critica. Y es ahí donde puedo presumir de tener el mejor público y más excelente, con el cual espero poder pronto realizar el II Encuentro de Basket Bloggers, el cual aún anda buscando fechas. Quien piense que este blog sirve para enseñar algo, se equivoca. A raíz de aquí entro en contacto con otros muchos blogs de los cuales no paro de aprender.

Como cierre, me gustaría que todo aquel que pueda comente qué artículo o artículos recuerdan de los que leyó aquí que más le gustara, su favorito/s. Así podré hacer un pequeño sondeo de qué tipo de temas gustan más a los seguidores.

Lo dicho, muchas Gracias a todos.

3 de junio de 2011

Shaquille O'Neal: el adiós del último gran pívot

Alejandro Díaz Triguero
Wildflecken se encuentra en pleno corazón de Alemania. Al norte de Baviera, esta pequeña ciudad situada en el valle del Rhin albergó desde 1951 la base de entrenamientos del ejército americano, después de que tras la Segunda Guerra Mundial, hubiera ejercido como campo de refugiados que esperaban ser integrados en la recién nacida República Federal Alemana. Al igual que muchos otros estadounidenses, Phillip Harrison fue destinado a este pequeño pueblo en los años 80. En el verano de 1985 anduvieron por Alemania un grupo de entrenadores universitarios estadounidenses en plena gira por Europa. Uno de ellos era Dale Brown, que por entonces lideraba el programa de Lousiana State University. Al dar de bruces con un joven que rozaba los 2 metros y llevado por el ambiente que le hacía verse rodeado de tantos soldados dispuestos a charlar sobre ese baloncesto que veían tan lejano, "coach" Brown preguntó "¿cuál es su rango, soldado?". La respuesta que recibió el viejo Dale no se le habría pasado nunca por la cabeza: "Tengo 13 años, señor". 

A pesar de su edad, el joven Shaquille Rashaun, que significa "pequeño guerrero" ya era más alto que su padrastro. El sargento Harrison, un musulmán confeso, había contraído matrimonio con Lucille, la madre del pequeño Shaquille, antes de que este naciera en Marzo de 1972 en Newark, Nueva Jersey. Tras unos años en el frío de la Baviera más meridional, Phillip y su familia al completo (que incluía otros tres hijos, dos niñas y un niño) se trasladaron, de nuevo por motivos profesionales, al calor sofocante de San Antonio. La ciudad, que por entonces vivía huérfana de ídolos y de éxitos deportivos tras la marcha de George Gervin, se contentaba con las actuaciones del joven O'Neal en el instituto Robert G. Cole a la espera de la llegada del jugador que luego llamarían "Almirante", David Robinson, drafteado en 1987, pero que se mantenía fuera de la NBA terminando su preparación en la Marina. O'Neal lideró a su instituto a un récord de 68-1 en sus dos años allí. Tocaba decidir Universidad, para lo cual Dale Brown, que ya había reconocido en ese jugador dominante a aquel joven al que 5 años antes había confundido con un soldado, reclutó para Baton Rouge, la capital de Lousiana, no muy lejos de la frontera con Texas.

A pesar de ser un jugador dominante desde el primer día que pisó una cancha de NCAA, O'Neal se mantuvo durante 3 años en los Tigers. Tras una primera temporada en la que compartió vestuario con Chris Jackson (luego Mahmoud Abdul-Rauf) y Stanley Roberts, que sólo podía rivalizar con O'Neal en la báscula del pesaje oficial del equipo al principio de cada campus de pretemporada. En sus dos últimos años en LSU, Shaquille logró hacerse con el All-American, la máxima distinción a nivel individual de la NCAA, con cifras que rozaban los 26 puntos y más de 14 rebotes, amén de lanzar por encima del 60% siempre.

De la carrera NBA que Shaquille O'Neal comenzó como número 1 del Draft del 92 en Orlando Magic poco más se puede comentar que no se haya escrito durante años. Sus cuatro primeras temporadas en la Liga (para el que escribe, sus mejores años), se saldaron con una Final de la NBA perdida ante los Rockets de Hakeem Olajuwon. De aquellos años, su dueto con Anfernee Hardaway y el juego electrizante de aquellos Magic suenan a Pleistoceno baloncestístico desde que sus años como amarillo inundan el recuerdo de su figura. Con más peso, su llegada a Lakers como Agente Libre coincidió con la del arrogante adolescente de Philadelphia Kobe Bryant, su pareja de estrellato en la NBA de finales de los 90 y principios del nuevo siglo. Tras chocarse ambos con el muro de la historia, de los últimos reductos del baloncesto de los 80 que quedaban en la NBA, los Jazz de Stockton y Malone, la llegada en el verano de 1999 de Phil Jackson a Los Angeles cambió la historia reciente de la franquicia californiana, que veía como la versión más dominante de un jugador en los últimos 30 años se hacía con el único MVP de su carrera en el año 2000.

Tras 3 anillos consecutivos, la lucha de egos constante que mantuvo con Kobe Bryant supuso su salida de Lakers rumbo a Miami, donde en 2006 y junto a otro joven retoño de la Liga, Dwayne Wade, conseguiría su último anillo de campeón. Traspasos mediantes a Phoenix (donde volvió a ser All-Star en 2009 cuando muchos le daban por retirado), Cleveland y aterrizaje ilusionante pero saldado con fracaso a Boston, Shaquille O'Neal anunciaba su retirada el 1 de Junio del 2011. Tal vez por su personalidad excéntrica, O'Neal se convirtió junto a Charles Barkley en el mejor embajador posible de la NBA de los 90. De amplia sonrisa y sarcástico discurso, su enorme figura de más de 140 kilos sentada frente a un micrófono aventuraba al periodista y al espectador la captura de alguna frase para la historia, muchas de las que pronunció quien a sí mismo se llamaba "El Gran Aristóteles". Diesel o Superman, como se le quiera llamar, tuvo el honor de compartir cancha con los últimos grandes pívots del baloncesto. O'Neal asistió al culmen y posterior caída de Olajuwon, Ewing y Robinson, chocó frente a su insultante antítesis personal y baloncestística, Tim Duncan, y sobrevivió a todo intento de sustitución en la personas de Yao Ming o Andrew Bynum. 

Su retirada, como no podía ser menos, tuvo que ser a sorpresa, mediante videoconferencia y retransmitida por ese nuevo fenómenos del "feedback" famoso-aficionado que son las Twitcam (charlas por Twitter con una imagen fija). Tras 19 años en la NBA y con 39 años a sus espaldas, O'Neal escapó de la rueda de prensa y decía que se iba mientras muchísimos millones de aficionados que no habían nacido cuando pisó su primera cancha de la NBA, se lamentaban. Con O'Neal se marcha el último gran pívot de la historia de la NBA, posición que difícilmente podrá ocupar alguna vez Dwight Howard. Grabados quedan sus reversos a 2 metros del aro que acababan en un bestial mate, aquella captura altísima del balón a pase de Kobe Bryant en la mítica remontada del séptimo partido de las Finales de Conferencia del 2000 ante unos Blazers que merecían su lugar en la historia. Pero O'Neal, más allá de su legado como jugador de baloncesto, fue diversión. Actor, rapero... su profesión real era la de Showman. Por eso su marcha sólo lo aleja de las pistas de baloncesto, pero seguro que seguirá muy presente para la NBA. Y si no, siempre sabremos dónde podemos encontrarlo: sentado en algún despacho de Sheriff, sus enormes pies posados encima de una mesa y riéndose de los nuevos centers que pueblen la NBA. Y más tarde, en algún momento, su número 34 subirá a ese pequeño trozo de cielo baloncestístico que supone el Staples, justo al lado de aquellos a quién tan dignamente supo legar, Wilt y Kareem.

Para ponerse la piel de gallina

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