Llevaba tiempo queriendo escribir un artículo sobre los Phoenix Suns entre otras cosas porque es un equipo al que tengo mucho cariño. Salvo la etapa de Stephon Marbury, los Suns han sido una franquicia que me ha hecho disfrutar mucho delante del televisor. Pero tras una etapa reciente llena de éxitos deportivos, a falta del anillo, la cosa tornó en decepción la pasada campaña. Amaré Stoudemire volvió a perderse muchos partidos por lesión (29) y a pesar de que O’Neal estuvo a muy buen nivel para un jugador de 37 años (All-Star con 18 pts, 9 rebs) lo cierto es que los Suns no pudieron dar el impulso final para meterse en Playoffs.
Terry Porter sustituyó a un Mike D’Antoni que había promediado 58 victorias con los Suns en sus cuatro temporadas completas en el banquillo de Phoenix unido a un juego a muchos puntos y con un Steve Nash dos veces Jugador Más Valioso de la Liga. Porter fue destituido cuando llevaba una marca de 23-18 por Alvin Gentry, que no mejoró el récord del que fuera entrenador de los Bucks (18-23), pero que ya dejó muestras de que quería retornar al juego a más de 110 puntos que implantara D’Antoni unos años antes. Con 46 victorias los Suns se quedaban a las puertas de Playoffs.
Comenzando la temporada 2009/10 te fijas en que sólo quedan Steve Nash, Amaré Stoudemire y Leandrinho Barbosa de las plantillas entrenadas por D’Antoni y que el traspaso a Cleveland de Shaquille O’Neal no ha dejado ninguna pieza importante en la plantilla. La salud de Stoudemire es siempre una incógnita, Grant Hill se encuentra en claro declive, Steve Nash tiene 35 años y debe repartir muchos sus minutos, Jason Richardson nunca se ha visto parte de un equipo ganador y para colmo Robin Lopez, el que se pensara como “Center” titular se lesiona para buena parte de la temporada. El banquillo está lleno de jugadores poco o nada contrastados (salvo Barbosa) y la elección del Draft, Earl Clark, está lejos de ser un jugador resolutivo desde el primer momento. ¿La incorporación más destacada? Channing Frye (8’2 pts por partido en su carrera, descendiendo sus medias 2’5 puntos desde su temporada rookie). Nada hace pensar que esto pudiera acabar muy bien.
Lo más curioso de estos Suns los últimos años han sido las decisiones tomadas desde los despachos: traspasos fallidos, malas decisiones en el Draft, selecciones del Draft traspasadas a cambio de nada…
En cuanto a los traspasos, los Suns se deshicieron del campeón del concurso de triples, Quentin Richarson a cambio de Kurt Thomas. Alero por pívot. Richardson promedió en su etapa en Suns 15 puntos y 6 rebotes, Thomas aportó 8’6 puntos y 7’8 rebotes. El traspaso tras renovación de Joe Johnson está demostrando a largo plazo que fue una equivocación, ya que Jonhson promedia 21,8 pts desde su salida de Phoenix y Boris Diaw ya no forma parte de la plantilla.
Pero lo más llamativo de los Suns han sido sus decisiones el día del Draft. En 2003 eligieron en el puesto 17 a Zarko Cabarkapa por delante de jugadores como David West, Boris Diaw, Travis Outlaw, Kedrick Perkins o Josh Howard; en 2004 eligieron a Luol Deng y lo traspasaron a cambio de nada a los Bulls; en 2005 pasa lo mismo con Nate Robinson y Marcin Gortat; en 2006 seleccionan a Rajon Rondo y Sergio Rodríguez y los vuelven a traspasar a cambio de nada; en 2007 apuestan por Rudy Fernández y lo vuelven a traspasar. Las elecciones más recientes de Robin Lopez y Earl Clark no parece que vayan a mejorar a las tomadas anteriormente, pero aún debemos darle un voto de confianza.
Pues con todo esto, estos Phoenix Suns arrancan con un 8-2 esta temporada, con un Steve Nash a un nivel impresionante (17’6 pts, 11’5 asistencias), un Amaré Stoudemire solvente (19’2 pts, 8 rebotes) entre rumores de traspaso, un Jason Richarson fiable (16’4 pts, 50’5% TC, 47% en T3), un Grant Hill mejorado físicamente (12’6 pts, 7’7 rebs en 30 min) y sobre todo, un Channing Frye sorprendente (13’5 pts, 47% en T3). La labor de Alvin Gentry está dejando ver que aún queda un rayo de esperanza en el desierto de Arizona de devolver a estos Suns a la senda de la victoria. Un nuevo amanecer.