Now you can Subscribe using RSS

Submit your Email

5 de octubre de 2011

La Western Kentucky de Haskins y Smith: el racismo y los orígenes

Alejandro Díaz Triguero
En los años 60, cuando en la NBA la integración del jugador negro parecía total con la llegada y afianzamiento como estrellas de algunos jugadores (Bill Russell, Elgin Baylor u Oscar Robertson), todavía en mucho lugares del corazón de Estados Unidos la segregación y el racismo era parte del día a día, no sólo de la población afroamericana en especial, si no de muchos deportistas en particular. Clem Haskins nació un 24 de Febrero de 1943 en Campbellsville, un pequeño pueblo granjero del condado de Taylor, lo que se llama el “Corazón de Kentucky”. Haskins se considera a si mismo un “farmboy”, un chico de granja que creció en una familia de 11 hermanos, mientras sus padres atendían al campo o trabajaban en casas de otras personas.

Hasta los 8 años Clem no pudo asistir al colegio por primera vez, ya que a esa edad debía trabajar con su padre e intentar llevar la mayor cantidad de dinero posible a casa. A partir de los 8 su padre le inculcó el valor de la educación y comenzó a asistir a escuelas de negros, algunas de un solo aula y atendidos por profesores que apenas habían superado la secundaria. A partir de 4ª curso y gracias a su habilidad para los deportes, Clem tuvo la oportunidad de ir al instituto de Campbellsville Durham, donde consiguió despuntar en los torneos de baloncesto. Eso sí, en aquellos años 60, en Kentucky aún existían torneos para blancos y torneos para negros. En 1961, y tras una recomendación, Clem pudo convertirse en el primer estudiante de raza negra del Taylor County High School. Aunque en un principio no le permitieron la entrada al colegio y debía volver andando a casa tras recorrer más de 30 millas al día, una vez que las autoridades obligaron al instituto a aceptar al chico, el resto de su estancia en el instituto fue de total normalidad. Nunca tuvo ningún problema con profesores y alumnos. Al menos no a su cara.

Como era habitual en Clem, una vez más destacaba como el mejor jugador del equipo de baloncesto y como un notable jugador de béisbol. Pero a pesar de haber logrado romper el muro del racismo en su instituto, aún existían demasiados prejuicios en el resto de Kentucky. En una ocasión, mientras él y su equipo de béisbol acudían a Lexington a disputar un partido, toda la plantilla se dispuso a cenar en un café. La camarera, al ver que uno de los integrantes era negro, pidió al entrenador que le dijera a Haskins que se fuera. La reacción del resto de compañeros fue unánime: abandonaron el café y comieron en el único sitio donde permitían negros, una gasolinera. Clem brilló a gran nivel en el instituto, situándose como uno de los jugadores más importantes del estado, por lo que le llegó el turno de elegir Universidad.

La primera oferta que recibió Clem fue la de la Universidad de Kentucky, entonces entrenada por el mítico Adolph Rupp y liderada por un joven Pat Riley. Haskins estaba ilusionado por poder formar parte de uno de los programas universitarios más potentes de la época, hasta que recibió la noticia de que Rupp y la Universidad habían retirado su oferta al saber que era negro. Finalmente, Haskins optó por la opción de Lousiville, donde no lograría aguantar más que un par de meses, agobiado por un Campus demasiado grande en un lugar demasiado lejano. Por lo tanto, la tercera opción fue la que le ofrecía Edgar Allan Diddle, que llevaba entrenando a Western Kentucky desde 1922. Aunque Haskins nunca llegó a jugar a las órdenes de Diddle (en aquel entonces los jugadores freshman sólo podían entrenar con el equipo), Haskins lo encontró vital en su elección para jugar con los Hilltoppers.

En su primer año, Haskins coincidió como novato con el que sería su escudero en el equipo y su mejor amigo, Dwight Smith. Nacido en Princeton, Dwight recibió numerosas ofertas por parte de Universidades de gran prestigio como Kansas, Ohio St., Louisville o Michigan, después de haber brillado en el instituto Dotson, un centro sólo apto para negros. Al igual que le ocurriera a Clem, la Universidad de Kentucky denegó su reclutamiento una vez supieron que se trataba de un jugador negro y de nuevo el entrenador Diddle convenció a otro gran jugador de que se uniera a Western Kentucky: “este es uno de los jugadores que va a convertir a este programa en algo importante”, le dijo a Henry, el padre de Dwight. De esta manera, con la llegada de Clem Haskins y Dwight Smith, la Universidad de Western Kentucky aceptaba a los dos primeros afroamericanos de su historia. Estaban, poco a poco, haciendo historia.


Tras una temporada 63/64 donde ninguno de sus dos freshman pudieron participar con el equipo, E. A. Diddle delegó su puesto tras más de 40 años en uno de sus antiguos jugadores, John Oldham, tras una campaña de 5 victorias y 16 derrotas. Con Oldham en el banco y con Haskins y Smith disponibles en el equipo, los Toppers lograron un récord de 18 victorias y 9 derrotas y se clasificaron para jugar el NIT, donde cayeron en segunda ronda ante la universidad de Army (58-54). Tanto Clem como Dwight fueron incluídos en alguno de los mejores quintetos ideales de la Ohio Valley Conference. A pesar de haber logrado romper una vez más el muro del racismo, en este caso en la Universidad, la vida para un deportista negro seguía sin ser fácil en Kentucky. El equipo debía seguir comiendo en la calle o durmiendo en el autobús ante la negativa de restaurantes y moteles a aceptar negros.

PD: esta serie se completará con una segunda entrega, en la que se terminará de repasar la trayectoria de esta Western Kentucky.

Alejandro Díaz Triguero / Author & Editor

Has laoreet percipitur ad. Vide interesset in mei, no his legimus verterem. Et nostrum imperdiet appellantur usu, mnesarchum referrentur id vim.

7 comentarios:

costalgaraldals dijo...

Durísima historia.
Hoy en dia, mucha gente no se da cuenta de lo dificil y costoso fue adquirir derechos que hoy son fundamentales.

Alejandro Díaz Triguero dijo...

Saludos Costas. Leer el libro autobiográfico de Haskins es darse cuenta de lo difícil que le fue poder llegar a donde llegó. Y todo eso a principios de los 60, cuando en otros lugares de EEUU ya estaba todo más normalizado.

Te espero en la Segunda parte de la serie.

Saludos!

sraly dijo...

Ansioso por leer la segunda entrega. Me gusta no solo la historia, también tu escribir pausado y llano, directo, muy periodístico. Chirria pensar como la segregación existía hace tan solo unas décadas de forma tan visible. No creo que el problema en haya desaparecido de las cañerías, incluso en España, pero da miedo pensar en lo que tuvieron que pasar estos chicos solo por hacer algo que a tantos nos parece tan fácil: disfrutar con el básket

Saludos desde Puertatrás

Alejandro Díaz Triguero dijo...

Hola sraly! Muchas gracias por los piropos y por el comentario. Yo tampoco creo que el racismo se haya ido de EEUU ni mucho menos. Hace un par de años estuve siguiendo una historia de actos de grupos cercanos al Ku Klux Klan que se manifestaban antes de un partido NCAA de fútbol americano (creo que de Mississippi vs Tennessee). Y en Europa y España más de lo mismo, agudizado por la situación mundial actual.

La segunda parte es más deportiva. Espero que guste.

Jacobo Rivero dijo...

I love this post. Kentucky es uno de esos estados donde la segregación estuvo muy presente. Dividido durante la guerra de secesión, todavía hoy se percibe la combinación de ideales trasnochados con el discurrir de los acontecimientos. La cuna del bluegrass es un lugar complejo, también para el baloncesto.

Alejandro Díaz Triguero dijo...

Saludos Jacobo. Como dices, Kentucky es el Estado donde el racismo sigue más arraigado probablemente y donde más costó llegar a la normalidad. Y en el caso de Haskins, como él dice, nació en el corazón de Kentucky, a 80 millas de las grandes ciudades del Estado.

Y encima Kentucky es el Estado con mayor número de Universidades de nivel baloncestístico en NCAA junto con Indiana. La cantidad de jugadores que nos habremos perdido por no poder jugar en una Universidad sólo por ser negro...

Saludos y Gracias por el comentario. Ya está publicada la Segunda parte.

@jose13bis dijo...

Curioso lo del padre de Rex Chapman,... lo desconocía por completo. La historia me ha recordado sin duda a la película, ... el entrenador Trupp, maldito villano en la peli, eh ?? Estas historias me encantan hermano,...

Te animo a que sigas esa línea. El College de los 60 es pura mística.

Para ponerse la piel de gallina

Coprights @ 2016, Blogger Templates Designed By Templateism | Templatelib